"Oportunidad. Propiedad bien conservadita, cocina equipada, dormitorios confortables, baño con muebles, living cálido, algo de verde, bastante luz, linda zona, vista amigable, en oferta por necesidad y por viaje inmediato". Si llegaron hasta acá, perdón. Jamás de los jamases hubiera sido, ese, el aviso clasificado que anunciara la puesta en venta de la súper mansión que Marcelo Tinelli tenía en Esquel. Sí, super mansión: contaba con todos los chiches y con todos los lujos. Sí, tenía: finalmente, logró desprenderse de su residencia cordillerana. Sí, perdón de nuevo.
Esquel está ubicado bien al suroeste de la República Argentina, en el centro de la provincia de Chubut. Dos bendiciones de la naturaleza la convirtieron en una de las mecas del turismo patagónico: por un lado la cordillera de los Andes, que le da un marco maravilloso, y por el otro el espléndido y majestuoso Parque Nacional Los Alerces lleno de bosques milenarios y cuyo epicentro es el preciosamente bello lago Futalaufquen. Salvo por algún incendio forestal o por algún problema grave en el tren "La Trochita" no suele ser noticia. Lo fue, casi cuatro años atrás, también por Marcelo Tinelli.
En marzo de 2020, la OMS declaró "pandemia" al Coronavirus y el gobierno argentino decidió establecer el Aislamiento Sanitario Preventivo y Obligatorio (ASPO) en principio por 15 días, aunque luego se extendió por varios meses y se dio en llamar "la cuarentena más larga del mundo". Nadie podía salir de su domicilio. Sólo trabajaban los escenciales. Había estrictos controles callejeros y quienes osaban transitar o circular sin autorización podían ser pasibles de graves multas o hasta de ir detenido o caer en la cárcel.
En medio de ese panorama dantesco y de calles vacías, rutas cerradas y vuelos y micros cancelados, trascendió que Tinelli había gozado de cierta "ventajita" y se le había permitido viajar a Esquel en un avión privado. Se armó un revuelo tremendo y fue, para muchos, el comienzo del final para el reinado del conductor más querido, más exitoso y más aclamado que tenía la televisión argentina.
En efecto, nunca pudo volver a tener los números de rating que disfrutaba hasta entonces. Ese privilegio se volvió, en la opinión de los expertos, la puerta que se abrió para que Tinelli ingresara al mundo de las desgracias televisivas.
MARCELO TINELLI VENDIO SU SUPER MANSION EN ESQUEL
Hubo un par de semanas en las que todo el mundo asoció a Esquel al nombre de Tinelli y a palabras tales como "privilegios", "acomodos" o "ventajas". No se hablaba de castas todavía, pero sí de todo aquello. El revuelo fue tan grande que el propio conductor y algunos hombres del gobierno nacional (que en ese momento encabezaba Alberto Fernandez) y del gobierno provincial, por ese entonces liderado por Mariano Arcioni, debieron salir a dar explicaciones. Pasó el tiempo y el escándalo se acalló, pero el líder de Showmatch casi no volvió a suelo chubutense.
Es más: en el más absoluto de los silencios y sin levantar la perdiz, Tinelli puso la residencia cordillerana en venta y esperó pacientemente -como millones de argentinos aguardaron el final del aislamiento- que apareciera un comprador, algo que sucedió a finales del año pasado según lo que contaron en socios del espectáculo.
"Ya se habría recaudado el dinero, y se habría dividido con Paula Robles porque ese era el acuerdo de divorcio", contó la siempre bien informada Paula Varela.
"Maravillosa mansión con imponentes vistas a la cordillera de los Andes. Reugio ideal para almas aventureras. Descanso asegurado para quienes necesiten bajar un par de cambios. Lujos asiáticos. Belleza extrema. Ambientes espaciosos, amplísimos y desbordantes de calidez en invierno y frescor en verano. Cocina para preparar las exquisiteces más variadas. Habitaciones confortables, gigantescas y luminosas. Piscinas cubierta -climatizada- y descubierta. Pradera parquizada con árboles frutales y vegetación de la zona". Perdón, algo así debería haber sido el verdadero aviso de venta de la mega mansión de Tinelli.