Las historias de amor de Gran Hermano siguen evolucionando y generando nuevos capítulos. A la sorpresa inicial del romance de Thiago y Daniela, así como a la consolidación de Coti y el Conejo, ahora se pasó a un reclamo general, como el que hizo Marcos.
Resulta que los tortolitos están bajo los influjos de la pasión, no pueden contenerse y se lanzan a disfrutar de su química por todos lados y a todas horas. Claro que el inconveniente se activa al molestar al resto de los participantes del reality.
En ese contexto, Marcos, quien siempre se ha exhibido como una persona muy tranquila y centrada, al punto que pareciera que nada lo saca de su eje, no soportó más los ruidos que se emanaban de las camas en la habitación de hombres y estalló.
En la noche del domingo, Ginocchio intentaba conciliar su sueño, pero las parejas se entrelazaron bajo sábanas en un rapto de amor desenfrenado. Ese ruido estimuló al salteño a levantarse e irse a la pieza de las mujeres, visiblemente fastidioso por la situación.
Al ingresar en el otro espacio, en el que reinaba la paz y la tranquilidad, una compañera le consultó por los motivos de su mudanza, por esa decisión de cambiar de lugar en medio de la noche, y se escuchó que le preguntaron: “¿Hay ruidos?”.
Así Marcos admitió que se había tornado en imposible continuar en la otra habitación y le puso palabras a lo que percibió que ocurría en ese acto pasional: “Uf, las dos parejas, es más que nada el ruido que hacen Coti y Dani…está raro”.