Semanas atrás se desató un inesperado escándalo en la señal de América luego de que María Belén Ludueña (35) anunciara al aire su renuncia a Buenos Días América y a Buenos días América Extra, los dos noticieros matutinos que conducía con Antonio Laje (59).
Mientras se despedía, la periodista no pudo contener la tristeza que le generaba abandonar esos trabajos y se quebró mientras exponía, “no me podía ir sin llorar porque yo realmente soy así, soy muy sensible. Quiero agradecerles a todos... realmente soy así. Este es mi último día, son sensaciones encontradas".
Con lágrimas en los ojos, que bien podían adjudicarse a ese adiós, Belén agregó: “Por eso a mí me encantaría poder agradecerles a todos por esta gran oportunidad. Incluso a las autoridades del canal, a Liliana Parodi y a vos Antonio por haberme dado esta posibilidad de acompañarte, a toda la producción, una gran producción que de tiene Buenos días América". Liliana Parodi fue desvinculada de la emisora el último fin de semana, acorralada por tantos escándalos.
Sin embargo, con el correr de los días fueron otras las hipótesis arrojadas en cuanto a su partida de ambos ciclos de televisión y, mientras sonaba fuerte el rumor de maltrato por parte de Laje, aparecieron otras acusaciones en contra del conductor del noticiero.
En medio del escándalo que se desencadenó desde entonces, y tras el descargó que el propio Antonio hizo en su defensa en el programa que lleva adelante, Ludueña rompió el hermetismo que mantenía tras su desvinculación y dio más detalles tanto de su decisión como del verdadero desencadenante del llanto que se vio.
"Mi despedida me generó angustia. Estaba triste. No coincidía en la forma ni estilos de trabajar que tenía Antonio", aclaró la periodista.
Entrevistada por revista Hola, donde adelantó que se casará con Jorge Macri el próximo año, Belén habló sobre su renuncia a los formatos informativos de América: “se cerró un ciclo muy importante para mí, que me trajo muchas satisfacciones y me enseñó mucho. Estoy convencida de que la Belén que arrancó no es la misma que la que soy hoy y en eso soy muy agradecida".
"Mi despedida me generó mucha angustia porque dejé mi lugar seguro, mi zona de confort. Al tomar una decisión así, es inevitable no pensar en qué vendrá después, en si daré el paso acertado respecto a mi carrera. Estaba muy movilizada porque lo viví como un duelo y no me pude contener. Estaba triste por lo que pasó, por lo que viví y porque nada va a ser como era antes”, remarcó.
“No coincidía en la forma ni en los estilos de trabajar que tenía Antonio. Con el correr del tiempo la gente pudo darse cuenta del porqué de mi tristeza al aire. Yo creo en la exigencia, soy muy exigente conmigo misma, pero hay formas y formas. Para mí, lo cortés no quita lo valiente. Por suerte, la televisión y la sociedad están cambiando y ya hay cosas y modos que no se admiten más", cerró Ludueña.