Pampita se fue una semanita de vacaciones y volvió del Caribe con anillo de compromiso y fecha de casamiento para el 22 de noviembre. María Vázquez la reemplazó esos cinco días al frente de su programa y aunque no fue de bodas ni tuvo mucho que ver se comió una linda “torta”: Nicole Neumann, una de sus entrevistadas en el breve paso por el ciclo de Net TV, acusó a la producción de haberla engañado en la invitación. “Me dijeron que era una serie de especiales con María Vázquez, y obviamente fui. Si sabía que era para el programa de Pampita probablemente habría dicho que no”, bramó la rubia.
Como sea, la ex modelo disfrutó de su vuelta a la tele, algo que hace cada tanto en los espacios que le deja libre la intensa carrera deportiva que Adolfo Cambiaso, su pareja desde hace 25 años, desarrolla por todo el planeta. El muchacho de Cañuelas, recordemos, es considerado “el Maradona del polo”.
“Estos cinco programas fueron como un touch and go. Como un recreo. Como tener un amante. Y lo viví así, con adrenalina, porque me conectó con lo mío. Al principio me negué, pero me llamaron tantas veces que no pude decir que no”, le contó a Catalina Dlugi en su programa radial, Agarrate Catalina, que va todos los sábados de 12 a 14 por AM 1110.
A la ex modelo no le queda mucho margen de maniobra. A Cambiaso lo llaman de lugares muy poderosos económicamente y hacia allí viaja toda la familia. Estando a miles de kilómetros resulta imposible mantener una carrera. Ella lo sabe, obvio. “De movida me costó esto de seguir a Adolfito por el mundo, y sufrí lo de alejarme. Pensé que podría hacer las dos cosas, pero cuando tuve hijos ya me di cuenta de que no. Pero aprendí que era una elección, y que estaba ahí porque la familia y los afectos eran lo más importante para mí. Y después pude volver a hacer algunas cosas. Hice el Bailando cuando ninguna modelo se animaba. Yo abrí esa puerta. Me encantaría hacerlo con más continuidad”.
Más allá de la frustración, aclaró que “nunca le reproché nada a Adolfito porque todo lo que tengo es maravilloso y lo cuido mucho. Y ojo, que fue todo un proceso entenderlo, eh… Yo tenía que ingresar a un clan, con un perfil determinado porque algunos pensaban que llegaba yo para opacar a la figura del deporte de pocas palabras y hombre de campo. Pero yo era tranquila, y por eso estamos 25 años juntos. Por eso y porque aprendimos a respetar nuestros momentos, nuestras libertades. Fue todo ganancia, y fue un crecimiento juntos porque pasamos un montón de etapas”.
María y Adolfo tienen tres hijos: Mía (17 años), Adolfo (13) y Myla (9). “Mi hija ya tiene novio, y mi hijo de 13 ya tendrá su novia. Hoy les interesa más la opinión del papá, y mamá es la que rompe los kinotos por si comieron bien o si tienen fiebre. Soy como la bruja de la casa. Pero sé que me lo van a agradecer algún día. Y si no sería de una gran ingratitud porque uno hace todo por ellos”, contó ella.
Por último, reflexionó acerca de su pasado, de su presente y de sus deseos: “Dicen que uno repite historias. Mi papá, por su actividad política, nos tuvo que llevar a vivir al exterior durante años, y ahora me voy durante meses. Pero es loco, porque lo sufro. A mí me encanta volver a mi casa. A la Argentina, con todos sus padecimientos y sus problemáticas. Cuanto más viajo, más quiero estar acá. Todos están queriendo irse y yo estoy queriendo llegar. Voy al revés de todo el mundo”.
