Todavía resuenan en el aire esas palabras, esa descripción de un entretejido extremadamente privado, el fuero de la familia, del núcleo más íntimo. Esas lágrimas y sobre todo el extraño reclamo de Iliana Calabró en pantalla contra su hermana Marina activaron una confrontación inesperada.
La actriz sintió la necesidad de exigirle a la columnista de Jorge Lanata mayor presencia en la cotidianidad intrafamiliar, rogó porque se acerque con otro frecuencia a su madre Coca y narró circunstancias muy privadas en el aire de Podemos Hablar, el ciclo de Andy Kusnetzoff.
Restaba la réplica de Marina, que llegó, a su modo, en una entrevista con Intrusos. El programa de América montó guardia en las inmediaciones de La Nación y abordó a la comunicadora, que lucía con un lenguaje corporal de angustia, absolutamente conmovida y afectada.
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El cronista intentó apelar a un diálogo con mucho tacto, por la sensibilidad del caso, y le preguntó: “Sé que no hablás, simplemente quiero saber cómo estás”. Con la mirada algo perdida, y algunos resabios de unas lágrimas, Calabró solo atinó a manifestar: “Estoy bien, laburando”.
MARINA CALABRÓ LE RESPONDIÓ A SU HERMANA
Luego, el movilero le consultó: “Un día especial, por todo lo que sucedió”. Frente a eso, Marina reconoció algunas circunstancias que se amontonaron en su semblante: “El miércoles cumplo años. Encima 50, así que imaginate. Me pega todo junto. Hoy entiéndanme”.
Y dentro de esa escueta declaración, Marina soltó una indirecta potente contra su hermana: “Yo les hablo siempre pero las cuestiones familiares yo prefiero mantenerlas de las puertas para adentro”. Y para evitar más complicaciones, la periodista cerró: “No quiero hablar. Gracias”.
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