Puertas adentro de su departamento de Palermo, Mario Massaccesi vive a sus anchas. Es que en esa vivienda que él mismo decoró, conviven lo viejo y lo nuevo en una armonía que da cuenta de cómo el periodista pudo integrar su durísimo pasado, aceptarlo y salir adelante.
Apasionado de la deco, Massaccesi abrió sus puertas a Hola Argentina y se animó a hablar de su vida, una historia de superación marcada por una dolorosa infancia en Río Cuarto, Córdoba, llena de abusos y otras experiencias traumáticas.
“Es una historia muy trágica, pero prefiero no dar detalles. No quiero anclarme en lo que me hicieron, que ya lo tengo sanado, sino en lo que hice a partir de lo que me pasó. Porque pude darles valor a esos momentos trágicos de mi vida, no sólo para mí, sino para compartir con los demás”, explicó Mario, que además es coach ontológico.
El periodista da charlas en las cárceles de Los Hornos y Florencio Varela para la población trans y escribió el libro Soltar para ser feliz. “Fue una niñez triste. Mi padre, Marcelo, era tornero y tenía el taller en casa. Mi mamá, Carmen, era ama de casa y, además, era la costurera y empanadera del barrio, porque había que llenar la olla”, contó.
“Soy el más chico de supuestamente cuatro hermanos, porque de grandes nos enteramos que quien para nosotros era una tía, en realidad era nuestra hermana, hija de mi madre de soltera. Vengo de una familia muy afectuosa, pero de grandes silencios”, añadió.
El periodista explicó que el click lo hizo a los 33 años, al morir su mamá: “La vi morir atragantada con un cáncer de garganta, y fue el despertar de mi consciencia, dándome cuenta que yo no quería repetir su historia”.
“Cuando murió mamá le conté por primera vez a un amigo lo que me había pasado, y me regaló un seminario de cinco días. Fue la primera terapia que hice, antes de finalizar, la facilitadora me dijo: “No tenés idea de lo que te espera, lo mejor está por venir” y para mí fue algo liberador, porque salí lleno de fe y esperanza para mi vida”.
"Pude darles valor a esos momentos trágicos de mi vida, no sólo para mí, sino para compartir con los demás".
Este camino de expresar lo doloroso y de transformarlo también se ve en su hogar, donde los recuerdos siguen vivos, pero en función del presente. “En un momento mis amigos me traían todas las cosas que no querían de sus muertos, y esto parecía un anticuario, por eso busqué darle toques más actuales”, comentó.
El estilo de la casa de Mario le debe mucho al Mercado de las Pulgas de Dorrego. Pero, también, le da lugar a los muebles de diseño moderno de Philippe Starck inspirado en el barroco de Luis XVI. En ese refugio tan personal, el periodista logró una síntesis a través del arte y la belleza, para expresar su ser.
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