Recorrer las guardias de los hospitales lo podría documentar claramente: las consultas más frecuentes continúan siendo, en un 90 por ciento, las mismas que hace veinte o treinta años. Dos o tres preguntas puntuales sobre los síntomas bastarán para que los médicos empiecen a intuir lo que deben recetar. El paciente, por lo general, visita con mayor frecuencia los consultorios en épocas invernales, cuando las gripes, las anginas y los cuadros febriles predominan ante la gran cantidad de “pestes” que se amparan en las bajas temperaturas.
Eso, obviamente, no invalida la posibilidad de que también aparezcan cuadros inusuales, que ni siquiera arraigan sus orígenes en el frío. Casos que a simple vista no ofrecen indicios que ayuden a detectar la raíz rápidamente y que ni siquiera los que lo padecen desean tratarlo, conscientes de que obtener una solución de fondo llevará mucho tiempo. Es más o menos lo que le está sucediendo a Mario Massaccesi, quien luego de escuchar el testimonio de Delfina Chaves decidió hacer pública la parálisis del sueño que lo viene aquejando hace mucho también a él. Al igual que la actriz que brilla actualmente en Argentina, tierra de amor y venganza, el periodista de El Trece contó que este trastorno directamente lo inmoviliza y que le genera temor.
“Me pasa seguido. No sabía que era tan común y nunca fui al médico. Tengo mucho miedo dentro de mi casa. Siempre me despierto paralizado del cuello para abajo y en mi cabeza consciente de que me quiero mover pero no puedo”, fue la primera parte de la revelación de Massaccesi, tan franca como la que había formulado anteriormente Delfina, sobre situaciones idénticas que no consiguen superar. Luego prosiguió: “Si llega a haber alguien en casa en ese momento y si me quiero rajar, o si quiero reaccionar o quiero disparar, no puedo, porque todo mi cuerpo está inmóvil. Me cuesta mucho reincorporarme, es tremendo”.
El relato, crudo como se lee, no es ni más ni menos que el reflejo de lo que viven aquellos que sufren la denominada “parálisis del sueño”, un diagnóstico que básicamente adquirió un grado de difusión más alto gracias a las confesiones de Delfina, primero, y ahora de Mario.
"HABRIA QUE BUSCAR DE DONDE VIENE ESO. YO TUVO QUE ENCONTRAR MI PROPIA FORMULA, QUE ES HACER UN ESFUERZO EXTRAORDINARIO Y CAMBIAR DE POSICION EN LA CAMA", AFIRMA MARIO.
“Habría que buscar de dónde viene eso. Yo tuve que encontrar mi propia fórmula, que es hacer un esfuerzo extraordinario y cambiar absolutamente de posición en la cama. Me gusta desdramatizar las cosas, pero en ese momento no se la pasa nada bien. Es espantoso”, concluyó Massaccesi, una víctima más de la parálisis del sueño, que a diferencia del resfrío o el dolor de garganta, que joden pero no dejan de figurar entre las enfermedades más comunes del invierno, es capaz de traumatizar.