La periodista y locutora Marisa Andino actualmente conduce Telenueve al Mediodía. Está casada hace 33 años y tiene 3 hijos. Es proveniente de una familia de periodistas. Su padre fue el prestigioso Ramón Andino y su hijo mayor, Juan Ignacio, también se desempeña en los medios en la actualidad.
Marisa expresó su opinión sobre la TV de hoy: “A mí me gusta, veo mucha televisión, pero le falta ficción. Coincido con lo que reclaman los actores, en este momento hay tantos que están sin trabajo, entonces yo agregaría novelas.” También expresó: “Igualmente creo que la televisión argentina está buena, obviamente que con el tiempo tuvo que aggiornarse.”
Andino también habló sobre cómo tomó la decisión de su hijo de convertirse en periodista: “La verdad que me emocioné muchísimo, hasta las lágrimas. Me pasa que a Juan Ignacio lo veo muy parecido a mi papá, en muchos sentidos, como en el movimiento de sus manos. Me emociona porque yo sabía que a Juani le iba a ir muy bien, porque lo tiene en su esencia, lo notaba desde que era chiquito”.
Luego contó más sobre el trabajo de su hijo, muy orgullosa: “Él trabajó conmigo, tenía una columna en el noticiero del mediodía, en el mismo horario que hacía tele mi papá. También estoy muy orgullosa de mi otros hijos, uno de ellos es médico igual que mi marido”.
En la entrevista también fue consultada sobre algunos aspectos de la vida privada y Marisa relevó cómo resuelve los problemas en su pareja: “Con mucha charla, igualmente yo no tuve grandes crisis con mi marido, obviamente sí peleas, en 33 años de matrimonio hemos pasado por todo”.
“En mi caso no creo en la familia Ingalls, no creo en los matrimonios color de rosa, eso no existe, los problemas se solucionan charlando y con respeto por sobre todas las cosas”, expresó Marisa convencida de que la felicidad y la paz en los vínculos se construyen.
Por último, la periodista habló de la enfermedad que sufrió y cómo fue enfrentar esto: “Me gusta decirlo con todas las letras: yo tuve cáncer de mama en el 2012. Nunca tuve miedo, cuando me lo dijo el médico, fue un baldazo de agua fría, en ese momento lloré pero inmediatamente le pregunté cómo teníamos que seguir.”
Sin duda, se necesita mucha fortaleza para hacerle frente a estas dificultades. Sobre esto Marisa habló con mucha seguridad: “Sabía qué iba a estar bien, estaba confiada de que me iba a curar, tuve tres operaciones y salí adelante muy dignamente”.