Marisa Brel estuvo como invitada en el piso de LAM. Allí, la panelista y periodista repasó su extensa carrera y contó varios detalles ocultos sobre su vida profesional, confesando la mala experiencia que tuvo al trabajar con Leo Montero.
Si hay que hablar de personajes que resultan ser empáticos y muy cálidos dentro de la pantalla chica, sin dudas que uno de los ejemplos recae en la bondad que desprende Marisa Brel, quien ha sabido ganarse el cariño de todos los televidentes.
Lo cierto es que la periodista lleva muchos años de trayectoria dentro de la TV, comenzando en Indiscreciones y recorriendo desde entonces varios programas hasta convertirse en una clásica analista de Gran Hermano.
Pero en medio de todo este extenso currículum dentro de la pantalla chica, la periodista tuvo una breve pero mala experiencia. Fue hace ya muchos años y trabajando en AM, el programa de Telefe que era un éxito y en aquel momento estaba a cargo de Leo Montero y Verónica Lozano.
LA MALA ONDA DE LEO MONTERO
Consultada por Ángel de Brito sobre la experiencia más fea que tuvo, Marisa Brel no tuvo reparos en sincerarse y confesar: "Fue Leo Montero. No me sentí cómoda trabajando con él, sí con Vero Lozano que es todo lo que está bien".
Luego contó lo vivió en ese tiempo que estuvo allí: “En pleno invierno, el muchacho ponía el aire a 25 grados bajo cero y nos congelábamos todos. Yo estaba haciendo mi tratamiento in vitro, no me sentía bien y, como buena sagitariana y siempre la voz del pueblo, le decía ‘Leo, ¿podés poner el aire un poco más alto?’, estaban todo enfermos, con angina y él decía ‘no, no’. No le importaba nada, solo él y nada más que él”.
Y continuó: “Y al mes, que yo vivía enferma, me fui. Cuando no soy feliz en un lugar, me voy. Todos me entendían y todos lo sufrían, pero nadie hablaba. El programa estaba buenísimo, a mí me encantaba, pero la verdad la pasé mal, sentí que no era buen compañero”.
Tras anunciar que esa falta de compañerismo y poca empatía de Leo Montero provocaron su salida del programa, Marisa Brel reflexionó: “Esto no era un capricho, era que no me sentía bien porque estabas con las hormonas. Y todos estaban enfermos, lo que pasa es que nadie decía nada porque tenían miedo de perder del laburo. Yo me fui”.