Es sabida la buena relación que existe entre Marley y Florencia Peña. En esta oportunidad, los amigos se cruzaron en LPA y las risas no faltaron. Es que el conductor reveló una divertida anécdotas de cuando conoció a Luis Miguel y contó cuál fue el apodo que le puso el cantante y por qué.
Si existe una dupla explosiva es la que forman Flor Peña y Marley. Ambos muy divertidos y con la confianza necesaria para poder bromear con libertad. Cualquiera desearía tenerlos en su equipo, ya que la gente se divierte cada vez que logra encontrarlos juntos.
La amistad que tienen les permitió realizar distintos viajes y compartir varios momentos repletos de anécdotas. En esta ocasión, a Marley le tocó girar la ruleta durante el programa y se vio obligado a dar a conocer los motivos por los cuales Luis Miguel lo apodó Sombra.
“Él venía a Argentina y yo en esa época trabajaba en ‘360′. Me subía a una moto y lo seguía a Luis Miguel adonde estuviera. A partir de ahí me empezó a decir que yo era la sombra”, explicó el conductor sobre el mote que le había puesto el cantante.
A Marley le tocaba realizar distintas guardias periodísticas, en una de ellas debió quedarse en la puerta de un restaurante hasta las 3 de la mañana. “’Sombra’ me decía, y se iba, eso es todo lo que me decía. Después le empecé a caer simpático”, comentó sobre la relación que forjaron.
La amistad entre Luis Miguel y el conductor fue creciendo, a tal punto de que él es el encargado de organizarle una fiesta privada a la cual asisten personajes reconocidos. En una de ellas, a Marley se le ocurrió llevar a Flor Peña, pero las cosas no salieron como esperaban. “Fue una vergüenza”, afirmó.
Flor no logró contener la risa y se tentó sabiendo lo que se venía. Es que según revelaron, Luismi intentó seducirla pero ella le paró el carro. “Ella le dice ‘yo soy mamá de dos nenes, me acabo de separar’, todo mala onda. Logró deprimir a Luis Miguel”, tiró Marley tentado.
Esto provocó que el cantante se fuera a su habitación sin intenciones de volver a la fiesta. Aunque el conductor lo convenció: “No se puede hacer eso. Es un ratito, vamos y comemos. Después hacemos otra reunión”. Pasada un poco la risa, Flor mencionó que se sintió mal y trató de mostrarse amable el resto de la noche.