La primera certeza era que el Martín Fierro se quedaba en Telefe. La segunda, que se lo llevaría un realitie. Había una posibilidad de que fuera a manos de La 1:5/18 o a las de Guido Kaczka, que de verdad se lo merece, pero era muy pequeña, casi insignificante. La única duda en realidad estaba en quién lo festejaría, si MasterChef Celebrity o La Voz Argentina, los dos grandes tanques de la última temporada.
Finalmente, la cosnagración del programa de cocineros y jugadores famosos desató una verdadera explosión de locura en su mesa, con Santiago del Moro a la cabeza, y un sinfín de gestos desaprobatorios en el sector de los perdedores, donde las manifestaciones fueron lideradas por Lali Espósito y los hermanos Montaner.
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Se trató de una broma, de una gracia, pero ya lo dice la historia: detrás de todo chiste se esconde una verdad que no se puede expresar con palabras. De ahí que hayan llamado la atención los gestos de Lali (movió las manos y el cuerpo como si estuviera cocinando, y dando a entender que eso no era suficiente para quedarse con semejante premio) y que hayan provocado tantos comentarios en las redes sociales.
Mientras la gente se quedó con el (y con el "nooooo" de los Montaner dejados a la vista por el movimiento de sus dedos) Del Moro y los suyos no le dieron mucha bola a la cosa y se fueron corriendo y saltando a recibir la estatuilla, entregada por las últimas ganadoras, Nancy Dupláa y Carla Peterson, "campeonas" con 100 días para enamorarse. Hubo trapada en malón, gritos, cánticos, dedicatorias y alegrías. Después de tanto éxito, tanto rating y tanto suceso, el oro es la frutilla del postre. Nunca mejor dicho.
