Para participar de Gran Hermano tenés que tener una personalidad fuera de lo común o mínimamente ser extrovertido, no tener miedo al qué dirán y básicamente ir por la vida manifestando seguridad de sí mismo para poder progresar en el juego.
Entonces a la hora de la presentación, los participantes muestran algunas cartas llamativas para generar curiosidad en el público y llamar la atención para bien o para mal. Martina, al momento de ingresar a la casa, no dudó en aclarar quien es la persona a la que admira.
“Mi ídola es Wanda Nara, hizo todo bien”, fue la afirmación de la participante de 25 años, nacida en Tigre. Con esa elocuente frase, Martina sacó la carta de que lo suyo irá de entrada por la frivolidad y aunque todo puede cambiar, sus primeros movimientos irán por ahí.
También se declaró fanática del fútbol y que le gusta ir a la cancha, aunque en contra de que lo que se puede presumir que es hincha de un equipo, Martina le dio una vuelta de tuerca. “Mi cuadro de fútbol depende del chico con quien este”, expresó sin pudores.
Entonces su fanatismo por el deporte de la número cinco y su idolatría por Wanda, deja entrever la posibilidad de que entre sus preferencias de chicos, los futbolistas pueden picar en punta y la propia Martina lo constató en su carta de presentación en el programa.
“Salí con chicos que juegan al fútbol, no voy a dar nombres”, sostuvo y dejó picando para quizás contar más detalles una vez que esté adentro de la casa, casi como una carta para ganar notoriedad dentro de los participantes.
“Yo considero que si ser caprichosa es conseguir todo lo que quiero, soy caprichosa”, fue su frase para definirse como persona. Obstinada en alcanzar lo que se proponga, Martina promete ser una personalidad fuerte dentro de la casa y también admitió: “No tengo mucha paciencia, espero no cruzarme con un ‘bobo’ en la casa, porque todo mal”.
Y a ella, no le hablen de amor. Si bien le gustan mucho los chicos, lejos está de dejar un amor fuera de la casa y en vivo, mientras se presentaba en sociedad, hablando con Santiago Del Moro fue tajante: “No, amor las pelotas. Dejó afuera a mi familia, amigos y a mi perro Atilio. Estoy sola, sola”.
