Advertencia: las imágenes y los textos que siguen, como dicen los avisos y las alarmas que aparecen en los paquetes de puchos o en las agencias de quiniela, pueden ser perjudiciales para la salud (emocional, aclarado por las dudas) de aquellos que observen las fotos y lean las palabras desparramadas sobre la pantalla de aquí en adelante.
Si tenés problemas de espacio, si no sabés donde poner un velador porque te parece que va a desequilibrar la precaria armonía que conseguiste en los 20 metros cuadros bajo techo que ocupás, si se queda alguien a dormir y el derpa se desborda comosi entrado un batallón de 200 personas, o si vienen 2 amigos de tus pibes y sentís que tu casa tiene el tráfico de la 9 de julio a las 5 de la tarde, agarrate fuerte y preparate: Cande Tinelli vive con su papá, Marcelo, en un super piso en la zona más coqueta y cara de la Ciudad de Buenos Aires.
Pesos más, pesos menos, la propiedad está valuada en unos 2 millones de dólares. Algo así como entre 200 y 270 millones de pesos. Aunque suene extraordinaria, la cifra tiene su explicación. La torre Le Parc de Palermo está ubicada en la zona más cotizada de la ciudad de Buenos Aires. Allí, el metro cuadrado puede oscilar entre los 4.000 y los 5.000 dólares.
El piso tiene una superficie total de 530 metros cuadrados: es decir, hay lugar para meter un ejercito de gente. Cuando termine la cuarentena, claro. Ahora, las reuniones están prohibidas y ella, mientras extraña extraña tener compañía masculina porque está sin novio, tiene todo ese espacio para ella y el padre.
Según la información brindada por la cuenta de Twitter "RicosyFamososOK" la propiedad cuenta con la friolera de 6 habitaciones y escuchen esto: ¡¡6 baños!! Además, cuenta con una pieza amplia y cómoda destinada al personal de servicio, que va a estar laburando en lo más parecido a un palacio.
En cuanto a lujos y amenities, hay para todos los gustos. Definitivamente. Piscina con deck y solarium, espacios cerrados y abiertos para la práctica de deportes, gimnasio con equipamiento de última generación, y la frutilla del postre: un microcine. Sí, hasta eso tiene el edificio. Al garage ni siquiera hace falta nombrarlo.
Casi no hace falta decirlo, pero hay seguridad privada contratada las 24 horas del día. No cualquiera accede al interior del edificio. Si no se es invitado por alguien, su acceso es prácticamente infranqueable. Lelé tiene espacio para disfrutar. Ama ese departamento. De alguna manera, lo lleva tatuado en el alma.