En la noche del martes se vivió una nueva gala de La Voz Argentina cargada de tensión, nervios, talento, alegría y angustia dentro del ring de canto. Y es que los participantes continúan en las rondas de knockouts, en donde dos concursantes del mismo equipo deberán enfrentarse a duelo y el coach elegirá quién continuará y quién abandonará el certamen.
En esta oportunidad, se vivió un momento muy particular cuando Magdalena y Pablo se cruzaron en el escenario para representar al equipo de Mau y Ricky Montaner, y tras hacer sus performances, se notó la diferencia y la primera se llevó todos los halagos del jurado y la permanencia dentro del show.
Pero lejos de mostrarse contentos por su decisión, los hijos de Ricardo Montaner no pudieron contener las lágrimas y se angustiaron notoriamente al tener que despedir a quien fue su participante durante tantas semanas.
El emotivo y triste momento se llevó a cabo cuando Pablo saludó a sus coaches y les agradeció por la enorme oportunidad que le dieron: “Gracias por la oportunidad, ya llegar acá fue un honor tremendo. No puedo hablar. Desde el primer momento yo quería elegirlos a ustedes, los sigo desde que empezaron en MR y para mí fue un sueño el saber que iban a estar acá y cuando se dieron vuelta ya sabía que quería irme con ustedes”.
“Esto es lo mejor que me pasó en la vida, en mis 33 años esto fue lo mejor, sin dudas lo mejor del mundo”, continuó Pablo completamente emocionado y agradecido de haber formado parte del programa.
Ante esto, Mau y Ricky se acercaron a saludarlo y al volver a sus sillones colorados, explotaron en lágrimas y explicaron las sensaciones que tenían por dentro: “Es muy jodido esto. Y es confirmación de que todo lo uno hizo valió. De todas esas frustraciones y vainas”.
Asimismo, Mau no pudo contener su emoción y aclaró lo que lo emocionaba: “Él dijo que nos seguía desde MR, y yo me acuerdo cuando siendo MR las frustraciones que tenía y los sueños que tenía para estar sentado aquí. Y pensar que hay una persona que está ahí, que cuando yo juraba que no le estaba llegando a nadie, le llegué a él y ya valió la pena. Todo ese tiempo, esos 13, 14 años, valieron la pena con él”.
