Una atmósfera cargada con una variopinta gama de sensaciones, que transitan desde la emoción, el dolor, la congoja y el orgullo. Eso acontece en el interior de la Casa Rosada, donde se desarrolla el conmovedor y multitudinario adiós a Diego Maradona.
Cientos de miles de argentinos que se acercaron a Plaza de Mayo para brindar su respeto, saludar al ídolo máximo del país. Un compendio de imágenes impresionantes, que ratifican la significancia del astro, que cala tan profundo en el gen de la argentinidad.
En ese contexto, con decenas de personalidades que transitaron por ese increíble velatorio, generó mucho impacto la llegada de Cristina Fernández de Kirchner, con quien Diego mantenía una relación muy amorosa, de devoción y mutua admiración.
La vicepresidenta acudió con un semblante de emotividad y lo primero que realizó fue trenzarse en un abrazo inconmensurable con Claudia Villafañe. Largos segundos que ejemplificaron un sinfín de emociones, un diálogo sin hablar, un apoyo visceral.
Tras ese gesto, Cristina dirigió sus pasos hacia Dalma y Gianinna Maradona, que se levantaron de unas sillas y llamativamente no la abrazaron. La transmisión oficial que emite la casa de gobierno rápidamente cambió de plano, por lo cual no se terminó de dilucidar qué sucedió.
Pero a grandes rasgos se leyó una actitud corporal de no llevar a cabo una demostración afectiva. Algunas hipótesis refieren a un cuidado de las hijas del astro por el coronavirus y otros consideraron que no disponían de una simpatía tal.
Mientras tanto, todo lo circunda a la Casa Rosada se erige en incertidumbre, por el desarrollo de algunos disturbios, corridas, empujones y una espontánea intención de las miles de personas de ingresar a despedir al ídolo.
Todavía resta confirmar si la ceremonia final en el cementerio de Bella Vista se realizará esta tarde o se reprogramará para mañana.