Paralizó el país, a fines de los 70 y a principios de los 80, cuando se convirtió en el piloto argentino de Fórmula Uno mas grande desde Fangio. El que más cerca estuvo de consagrarse campeón del mundo. Volvió a conmoverlo, 10 años después, cuando se convirtió en gobernador primero y en senador nacional después. Lo tuvo en vilo cuando coqueteó con la chance de ser candidato a presidente por el PJ. Y si en algún momento lo hizo festejar o aplaudir, ahora lo hace sufrir: el Lole Carlos Alberto Reutemann murió hoy a los 79 años luego de luchar titánicamente contra una dolencia.
Tras haberlo desmentido ayer por la noche, su hija Cora Reutemann confirmó la triste noticia a través de su cuenta de twitter. "Papá se fue en paz y dignidad después de luchar como un campeón con un corazón noble y fuerte que lo acompañó hasta el final. Siento orgullo y bendición por el padre que tuve. Sé que me acompañara todos los días de mi vida hasta que nos volvamos a encontrar en la casa del señor", escribió en el mismo espacio donde había aclarado que "la seguía peleando".
Reutemann estaba internado en Santa Fe a causa de una severa complicación de su debilitado estado de salud. Una hemorragia digestiva lo llevó a terapia intensiva, donde los médicos hicieron los últimos esfuerzos por salvarle la vida. En su círculo íntimo informaron que el entierro de Reutemann será de inmediato y pidieron a la gente que quiera llevarle ofrendas florales que no lo haga: "mejor, que el dinero que van a gastar en eso lo donen a alguna entidad de bien publico de la provincia", dijeron.
Reutemann fue una primerísima figura del deporte argentino allá por la segunda mitad de los 70 y la primera de los 80, donde compartió cartel y condición de estrella con el tenista Guillermo Vilas, el boxeador Carlos Monzón o el futbolista Mario Alberto Kempes. De hecho, es el último argentino en ganar un gran premio de Fórmula Uno. Si bien no pudo concretar su sueño de ser campeón de F1, un subcampeonato lo colocó en el círculo privilegiado de los más grandes de todos los tiempos.
Reutemann era un hombre muy pintón, y si bien estaba casado con "Mimicha" Reutemann, una mujer de la alta sociedad de esos tiempos, alrededor suyo se tejieron "mil historias" de romances e historias de amor, que nunca fueron confirmadas. Sus viajes por el mundo y codeándose con el jet set internacional eran tapa de revistas y tema de conversación no sólo en la tele, sino también en las mesas familiares.
Retirado del deporte se dedicó a la política, donde Carlos Menem lo convenció para que fuera candidato a gobernador de Santa Fe por el Partido Justicialista, cargo que ocupó dos veces por decisión de sus comprovincianos, que más tarde lo eligieron Senador Nacional. En uno de los peores momentos institucionales del país -allá por 2001, 2002 y 2003- se rumoreó la chance de que fuera candidato a presidente. El Lole volvió a jugar al misterio, pero aquel silencio fue más una respuesta negativa para aquella propuesta. Ultimamente, los achaques de salud lo habían alejado de la función pública, aunque fue en estos meses cuando su estado se agravó definitivamente.