Mariano Caprarola visita por primera vez la mesa más afamada de los almuerzos, una invitación que de por sí lo emocionó y le agradeció a Juanita Viale. El productor de moda confesó que siempre quiso formar parte y que su madre se conmovió cuando le contó la noticia.
En compañía de Carmen Barbieri, Patricia Sosa y Fernando Dente, el hombre de La jaula de la moda se animó a describir una situación muy personal, que refiere a su infancia y sus deseos. Todo comenzó por la charla de Dente, quien compartió su proyecto de construcción de una escuela artística integral, que abarca muchos aspectos y con el que pretende cobijar a los jóvenes para ofrecerles una formación distinta.
En el marco de esa charla, Caprarola abrió su corazón y soltó: “Tuve una infancia muy difícil, porque soy hijo de padres grandes. Me pasaba horas y horas en el cuarto de mi mamá y los veladores eran los reflectores del teatro, la cortina era el escenario y la máquina de nebulizaciones era mi máquina de humo”.
"Los veladores de mi mamá eran los reflectores del teatro para mi", dijo Mariano.
En la continuidad de esa reflexión, Mariano relató: “Hacía tres funciones diarias, me quedaba atrás de la cortina esperando que se vaya la gente del teatro, dentro de mi cabeza creativa”. Ante la mirada emotiva de sus compañeros de mesa.
Entonces, el comunicador retrató lo que englobaba esa diferencias de generaciones: “No tenía una mamá que pensara qué le pasa a ese chico que no la pasaba tan bien en el colegio y sí de esta manera. Esto que está haciendo Fernando va a ayudar a muchísima gente que no tiene padres que lo aconsejen o que no lo entienden”.
"Mi mamá no supo ver qué me pasaba y por qué no la pasaba bien en el colegio, como jugando en lo artístico", confesó Caprarola.
En definitiva, aquel niño que jugaba en el dormitorio de su madre pudo construir su camino, siguió las indicaciones de su corazón para dedicarse a un universo que lo apasiona, como el de la moda.