La televisión no deja de transmitir la noticia más triste: la temprana muerte de Diego Armando Maradona. Y cada ciclo recuerda al Diez de diferentes maneras. Fantino mostró segmentos de una vieja entrevista en Mar de Fondo, cuando Diego llegó sin avisar, y los programas deportivos lo lloran, mientras mechan con videos de esos momentos mágicos en que la pelota –su novia eterna- lo acompañaba inevitablemente a cada paso, como si estuviera unida a esa zurda inmortal.
Y en el Cantando fue Nacha Guevara (80) quien lo recordó amorosamente. “Estamos tristes. Se fue un mito”, dijo la jurado antes de relatar una anécdota inolvidable. “Tuve la dicha de conocerlo en su época de gloria y tengo una anécdota con él que lo muestra como verdaderamente era”, contó.
“Tenía un enorme corazón. Lo conocí en los ’80 y éramos como amigotes, salíamos a comer con Claudia, con él, con el que era entonces mi marido”, dijo mientras veía en pantalla gigante una foto de ella, Diego y su hijo Juan Pablo.
“Estamos tristes. Se fue un mito”, señaló Nacha.
“Mi hijo quería ser jugador de fútbol y en una cena le dije: ‘Diego, Juan Pablo quisiera jugar al fútbol, ¿no querés verlo a ver si tiene posibilidades? A los pocos días se hizo un asado en una quinta y jugaron un partido y el padre de Diego y Diego lo miraron. Cuando terminó me llevaron a un costado y me dijeron con mucha delicadeza: ‘El pibe juega bien pero ¿sabés que le pasa? Le falta potrero, le falta calle’”, agregó.
“Le di las gracias por la sinceridad y no se lo dije a Juan Pablo. A los pocos días tocan el timbre de mi departamento. Abro la puerta y era Diego. Le dije: ‘¡¿Qué hacés Diego?!’ Vine a ver al pibe, no le digas nada. Lo llevé al cuarto, Juan Pablo estaba estudiando, y entró Diego”, continuó Nacha Guevara.
“Tuve la dicha de conocerlo en su época de gloria y tengo una anécdota con él que lo muestra como verdaderamente era”, reveló la artista.
“Nunca voy a olvidar la cara de mi hijo cuando vio a Diego Maradona en su cuarto. Se sentó al lado de él, yo me fui, se reían, hablaban. Al rato los escucho a los dos tocando la batería. Y después se fue, yo le di un abrazo, le agradecí y se fue”, prosiguió.
“Esta anécdota muestra quien era él porque en su gloria máxima hizo un momento para pensar en ese niño, en su sueño que él sabía que no iba a ser futbolista, pero quiso darle esa alegría, darle un recuerdo inolvidable. Eso, en la cima de la gloria, yo no conozco a nadie que lo haga. Ese es Diego. Gracias Diego”, cerró conmovida.