Se imantaron, se conectaron y captaron que algo latía entre ellos, como un puente que se construyó para unirlos. Nacho y La Tora se flecharon en el interior profundo de Gran Hermano, pero recién se animaron a activar un noviazgo al salir del reality y retornar a la vida normal.
Desde el momento en que finalizó la competencia se especuló respecto a esta relación, así se acumularon una montaña de rumores, de toda índole. No obstante, el lazo luce consolidado para navegar por las aguas bellas, cálidas y estimulantes del amor.
Para describir la coyuntura de la pareja, Nacho le contó a la Revista Gente: “Lu es cero celosa y yo tampoco le doy motivos para que lo sea porque estamos bien juntos”. En tanto que se refirió a la decisión de no convivir: "Cada uno tiene su casa y, ahora que mi papá está en Buenos Aires, vivo con él”.
Claro que se buscan, se atraen, por eso Lucila y Castañares se las ingenian para transitar por experiencias de manera regular y frecuente. “Nos vemos mucho con Lu, tratamos de estar siempre juntos pero cada uno tiene su departamento", explicó.
QUÉ ACTIVIDAD NO PUDO HACER NACHO CON LA TORA
En ese diálogo, Nacho detectó que aún no ha logrado experimentar algunas situaciones, algunos escenarios románticos con La Tora y se animó a revelar: "Todavía no tuvimos ni un fin de semana a solas, de esos en que te pedís comida y te encerrás a maratonear series”.
Respecto a los motivos que le imposibilitan a los tortolitos disfrutar de ese tiempo, Castañares consideró: “Estamos trabajando los dos a full pero entiendo que, con el paso del tiempo, la situación se va a calmar y haremos planes de ese tipo".
