El acompañamiento en la crianza, en el crecimiento evolutivo de los hijos implica un arco enorme de sensaciones, de situaciones que se escapan del control, del calor del hogar. La incursión de los pequeños en el entramado social puede despertar temores lógicos en los padres.
Natalia Oreiro transita por esa etapa, que se maximiza por su condición de madre primeriza con Merlín Atahualpa, esa luz que aterrizó hace diez años en su vida para modificar para siempre todo en su cotidianidad. La uruguaya reconoció sin tapujos los miedos que vibran en su corazón.
En una entrevista con el Diario La Nación, la famosa, y talentosa, cantante abrió su corazón de par en par y reveló las circunstancias que le activan angustia sobre su pequeñín, esas experiencias de la vida misma a las que se enfrenta, de manera natural, su heredero.
Así, Natalia describió los temores más notorios: "Hoy que soy mamá, los miedos pasan por Ata, que lo lastimen, que sufra, que le pase algo. Es inabarcable el sentimiento de miedo que me agarró, no está bueno para mí ni para él. Cosas a trabajar...".
Claro que esas emociones incómodas se remiten al desenvolvimiento de Merlín en el colegio y la crueldad latente de los grupos sociales. Respecto a la posibilidad que su hijo se confronte con el bullying, Oreiro contó: "Él va a una escuela donde se trabaja mucho eso y aunque no está exento ni él ni la escuela de que suceda, es un niño que habla, expresa sus sentimientos y cuida a sus amigos, incluso enfrentando a quienes lastiman".
Y respecto a los rasgos de la personalidad del niño, la actriz expresó: "No es de confrontar, deja pasar. Se siente bien con él, se siente querido y comprende que por ahí el otro tiene un problema. Charlamos bastante de eso".