Cada pareja es un mundo. No existen parámetros lógicos para comprender y dimensionar la cotidianidad de los matrimonios. Las problemáticas florecen por infinidad de razones y así le sucedió a Natalie Weber y su marido Mauro Zárate, que atravesaron tormentas intensas, que casi arrasaron con su amor.
La mediática no se sonrojó, ni sintió incomodidad alguna, en revelar públicamente las profundas crisis que transitaron con el futbolista, que alcanzaron el límite de necesitar con urgencia la intervención de una terapia para evitar la explosión de su relación sentimental.
Durante el desarrollo de Desayuno Americano, Natalie tomó la palabra para iluminar su experiencia personal, y sumamente íntima, con la que sorprendió por la magnitud y las características de esas sesiones, que llegaron a un punto de batallas casi campales.
En primera instancia, Weber confesó: “Yo hice terapia de pareja. Creo que no lo golpeé porque estaba la terapeuta delante, pero me maté”. Pamela David intervino para opinar en contra de cualquier tipo de violencia y le manifestó de manera tajante: “No, señora”. Y luego le consultó sobre la extensión de esa terapia.
NATALIE WEBER CONTÓ QUE SALVÓ SU MATRIMONIO GRACIAS A UNA TERAPIA DE PAREJA
Así, la panelista reconoció la duración prolongada del tratamiento: “Fueron muchas sesiones. Dos veces por semana, durante varios meses”. Y después valoró el resultado: “Nos sirvió, porque estamos hablando de Mauro y sigo con él. Llegamos a la conclusión de que en casa mando yo”.
Envuelta en una honestidad brutal, Natalie describió la ira que brotaba de sus poros durante esas charlas con el terapeuta: “En esa hora de terapia, yo lo odiaba bastante… Después era un caos porque nos íbamos enojados”. Y agregó: “La terapia empezó a funcionar cuando el psicólogo nos dijo ‘chicos, ustedes no se están escuchando’. Me decía que yo contestaba para discutir, no para entender”.
Sincera a más no poder, Webber admitió que estaba ciega por la bronca: “Mauro hablaba y yo le quería contradecir todo. Pero cuando empezás a escuchar y entendés que no sos el dueño de la verdad, la cosa cambia. A nosotros nos sirvió”.
