Después de diez años, se reencontró con las mieles de la maternidad. Naty Franzoni (34) dio a luz a Ramiro a comienzos de diciembre, por parto natural. Con dos kilos doscientos llegó al mundo el nuevo varoncito para completar la familia integrada por papá Mariano Juan y el hermano, Gonzalo.
La madre, experta en clases de yoga y en eventos, talleres y tips en redes sociales para mamás y herramientas para mejorar la vida, rememoró: “El embarazo fue maravilloso, estuve súper activa dando clases de yoga, viajando por toda la Argentina, me fui a India, hice de todo. Ahora el bebé me va a acompañar a todas las cosas que haga. Ya en febrero empiezo con mis cursos de Shantala, para enseñarles a las mamás a que les hagan masajitos a sus bebés, entre otras cosas. Estoy bien, en paz, feliz. Es un nene tan bueno que me permite seguir haciendo de todo”, contó, totalmente enamorada de uno de los hombres de su vida.
“La llegada de Ramiro nos sorprendió por completo en todos los sentidos. Dicen que el amor se multiplica… ¡y es cierto! Estábamos dudando si buscar o no otro bebé, y no bien nos enteramos de la noticia fue una felicidad absoluta. Ramiro se adelantó casi un mes, fue ochomesino pero, por suerte, no hizo falta que fuese a Neo porque enseguida se prendió a la teta. Tuve un parto maravilloso, salió en el segundo pujo, de forma natural. Me lo dejaron sacar a mí, le corté el cordón umbilical…”, explicó.
Volver a empezar. “Como familia estamos fascinados, repletos de amor. Yo me la paso todo el día mirándolo, estoy alucinada con esta maternidad. Me descubro más babosa, no sé si será porque una está más grande. Cada hijo es un nuevo mundo por descubrir, uno no es igual al otro. Y como entre ellos hay diez años de diferencia, para mí es un volver a algo igual", dijo.
"Mis dos gestaciones fueron maravillosas, los dos puerperios también. Incluso, con dieciséis años de casada, con mi pareja fue un reencontrarnos como papás. No me imaginé que la felicidad iba a ser tanta, es absoluta. Yo soy muy organizada y me las arreglo para hacer de todo. Incluso nos estamos mudando, haciendo mi casa nueva. Así que es bebé nuevo, vida nueva, proyectos nuevos, casa nueva, un nuevo año con todo”, comentó feliz.
¡Inseparables! “El hermano, Gonzalo, lo pedía un montón. Se la pasa todo el día mirándolo, tocándolo. En cuanto el bebé dice ‘ah’, me pide que vaya a ver qué quiere. Es un hermano mayor súper responsable", contó.
"No se anima a levantarlo porque Ramiro es muy chiquitito, entonces me pide que se lo ponga encima. Lo abraza, se lo cuenta a todo el mundo, es como su tesoro. A partir de la llegada de su hermanito, Gonzalo cambió mucho para mejor”, terminó. ¡Felicidades!