La vida la puso a prueba en muchas ocasiones. El dolor y la tristeza hicieron lo imposible por instalarse en su cotidiano. Fuerte, Nazarena Vélez (45) siempre supo dar batalla. Viuda hace seis años de su matrimonio con Fabián Rodríguez y mamá de tres hijos (Bárbara, Gonzalo y Thiago) y convencida de que el amor no iba a volver a tocar su puerta, concretó una convivencia con Santiago Caamaño, con quien está en pareja hace poco más de un año.
“Nada se planea, más cuando estás lastimada. Cuando empecé a salir con Santiago pensé que iba a durar nada, cinco minutos… Estéticamente me daba que era un chico frío, frívolo, que se encargaba de su cuerpo y nada más, una pelotudez. Esas cosas que uno prejuzga, que también nos hacen mucho a las mujeres y yo lo hice primero con él. O sea, no daba ni dos pesos", primerió.
"Y lentamente se fue ganando mi amor, mi confianza, le presenté a mi familia y hoy estamos conviviendo. Pero eso es un trabajo día a día, más con una persona como yo, tan lastimada, herida, susceptible, con tantas ganas de quedarse sola, es algo muy raro”, reconoció la actriz.
“Este amor me devolvió las ganas de creer, de confiar, de compartir bajo el mismo techo y de estar con alguien. Lo amo profundamente. Y se ganó el corazón de mis hijos que es lo más importante. Antes de Santiago sólo fueron pruebas y errores. Era la desesperación de no querer quedarme sola con mi conciencia y mi corazón, que estaban completamente destrozados. Y que siguen muy lastimados…", aseguró.
Durante estos seis años que hace que falleció Fabián, traté de encontrarme en dos o tres personas, pero nunca pensé en volver a armar pareja. Quedé viuda a los 39 años y pensé que así iba a ser toda la vida. Pero hoy con Santiago estamos tratando, al menos yo estoy tratando, de rearmar mi familia y él está armando lo suyo. Nunca conversamos de concretar esta convivencia, se dio paulatinamente y relajado”, compartió la productora de contenidos.
Las puertitas del amor...
“Santiago hacía veinte años que no estaba en pareja, nunca convivió con nadie, así que estamos aprendiendo nuevamente entre los dos. Yo no cedo ni reacomodo nada, más allá de lo lógico como ser un poquito de cosas en el placard. Somos perfectos para convivir. A esta altura de mi vida, con todo lo que me pasó, con la edad que tengo, no tengo ganas de adaptar ni de ceder nada. No doy nada más que buena onda, amor y respeto, obviamente. Somos muy parecidos", contó.
"Él se levanta tarde, comemos casi siempre lo mismo, estamos muy conectados. Esta cosa de ceder uno lo puede hacer a los veinte. A esta altura, es lo que hay y Santiago es bastante relajado también en eso. Y no es que está haciendo mucho por acomodarse sino que encajamos naturalmente. Es un gran tipo, canchero, no tiene mambos. Un tipo de barrio, cero enroscado y muy familiero”, definió.
“Llevamos una alianza desde abril del año pasado que nos regaló mi mamá. No pienso casarme, no quiero casarme. Él no tiene esa fantasía porque si no, al menos con treinta y ocho años, ya hubiese convivido antes o algo. Tampoco tiene el mambo de los hijos, por suerte, porque ya tengo tres. Juega mucho con Thiago. No nos planteamos nada, es una relación desde otro lugar. Muy comprometidos, no somos nada free ninguno de los dos y no tomamos esto como la gran convivencia", argumentó.
"Dejamos que las cosas fluyan, acá estamos y me parece que eso es lo mejor. La vida me enseñó que por más que uno haga muchos planes, ella ya tiene los suyos. No esperaba encontrarme con Santiago, estoy recontra bien. Como te dije, es un pibe de barrio que se encontró con una mina que está en un momento en el que quiere pasarla bien. Donde, si las cosas fluyen, estamos. Y si no sucede, no fuerzo nada y cada uno para su casa”, terminó.
