Nazarena Vélez abrió su corazón y contó cómo fue la etapa más difícil de su vida, tras el suicidio de Fabián Rodríguez, su marido. En Nosotros a la mañana, por El Trece, Nazarena también compartió a qué se aferró para salir adelante y volver a creer en los hombres.
“Ahora estoy muy bien, muy enamorada, pero porque me pasó lo mismo que le pasó a Barbie. Cuando uno suelta los dolores antiguos y te das cuenta de que no todo el mundo es así…”, arrancó Nazarena. “Yo venía muy mal con lo de Fabián, muy, muy mal. Quedé muy herida, angustiada, resentida, y cuando me asumí viuda, hace tres años (Fabián falleció hace siete) dije ok´, es esto´”, recordó Vélez.
“Tengo cuarenta años, viuda, tres hijos, hay que bancarla de la manera en que se pueda. Cuando me acepté y lo acepté porque me costó mucho mucho, ahí lo conocí a Santi y realmente me enamoré”, se sinceró Nazarena.“Decidí dejar de sufrir. En un momento, después de lo de mi hermana y de lo de Fabián, ni te cuento, había quedado en un costado de víctima muy fuerte, que me quedaba cómodo”, reconoció Vélez.
“Vivía como una pobre mina. Y hace tres años dije ´ya está, no me lo merezco, no se lo merecen los nenes´. Se las hacía pasar muy mal a mis hijos, muy mal. Cuando nos pasan todas, como a todos, lo que pasa es que es menos público, nos quedamos en ese dolor”, continuó Nazarena.
“Y en esa angustia, en esa oscuridad que es tremenda. Si me pasaron un montón de cosas fuertes pero necesito salir de ahí. Después que pasó lo de Fabián quedé tanto tiempo sumergida en una oscuridad tan fuerte, que estaba a un paso de la locura”, dijo Vélez.
“Para dormirme, tomaba mil pastillas, Rivotril, de todo. Pero fundamentalmente mi cabeza estaba oscura. Me quedaba noches enteras tratando de entender lo que había pasado, tratando de encontrar explicaciones”, compartió Nazarena quein, días atrás, reveló por qué se separó de Alejandro Puchetta, el papá de Barbie.
“Tratando de sostener a mi hijo de tres años y medio que no entendía que había pasado y que todos los días me preguntaba por el papá. Le contaba que el papá había muerto, qué había pasado, llora y, al otro día, ´¿y papá´?”, cerró Vélez, ahora con la compañía de su nueva perrita adoptada.
