De caminar hambrienta a la vera de la ruta, desamparada y conviviendo con los peligros, pasó a comer frutillas en la mesa de Nicole Neumann. “Berlina”, a simple vista, parecería haberse sacado la grande cuando la rubia la observó deambulando a un costado del pavimento y decidió subirla a su coche. Se trata de una tortuga adulta, de aproximadamente 30 años, que en un parpadeo tuvo que despedirse de la naturaleza para sumarse a la “familia animal” que la ex mujer de Poroto Cubero montó en los espacios verdes de su propiedad.
“Ella vagaba por la ruta, sin rumbo y con el peligro ante los autos y camiones que pasaban por ahí. Con alrededor de 30 años de edad, el destino quiso que pasara a ser parte de esta familia… de esta familia animal” escribió Nicole como epígrafe a la primera foto que subió a las redes sociales para presentar en sociedad a “Berlina” y formalizar públicamente la adopción. Hasta allí, todo bien. Un comportamiento simpático y solidario, que habla de la caridad de Nicole con todo lo relacionado a los animales, pero… ¡Se encendió el debate!
Aparentemente, desde distintas asociaciones ya expresaron su desacuerdo con la determinación de la rubia de haber alejado a la tortuga del escenario más favorable para su normal desarrollo. Inclusive, varios usuarios denunciaron por las redes sociales que esa especie se encuentra en “peligro extinción” y que lo más lógico sería respetarle su libertad y no condicionar su salud encerrándola entre cuatro paredes.
Por ahora, la modelo prefirió guardar silencio y evitar salir al cruce de los que la cuestionaron, aunque no se descarta que en las próximas horas brinde una aclaración si lo considera necesario. “Le encantan las frutillas, igual que Sienni (por Sienna, su hija)”, afirmó Nicole, visiblemente feliz por creer que obró como correspondía y que la tortuga, de poder hablar, se lo agradecería por ofrecerle una dieta libre de plantas y cargada de “glamour”.