Motorizada en un presente maravilloso, Noelia Marzol vibra alto con el embarazo de su segundo hijo, del que transita por el tercer mes. Envuelta en esas emociones, la bailarina compartió una anécdota muy íntima sobre el lugar más peculiar en el que hizo el amor con su marido Ramiro Arias.
Con la luz que emana su ser por esta coyuntura, la morocha no dudó en exteriorizar esa aventura de complicidad que vivenció con el jugador de fútbol, y padre de Donatello. Una ocurrencia particular, porque el contexto dista enormemente de emanar un aura de sensualidad.
Noelia y Ramiro visitaron el piso de Vuelta y media, el ciclo radial que conducen Sebastián Wainrach y Julieta Pink. En esa atmósfera distendida, que incluso tuvo al pequeño hijo revoloteando por el estudio, la protagonista de Sex narró una historia espectacular.
Todo surgió de la consulta del conductor respecto al espacio más extraño en que mantuvieron relaciones íntimas. Así, Noelia se atajó de antemano: “Lo que pasa que yo ya sé que la gente que nos escucha me va a liquidar. Mañana sale en todos los portales...”. En pos de ayudarla, Wainrach agregó: “Cementerio tengo”. Aunque, la artista sorprendió: “Sí, pero tengo otra que es peor”.
A pesar de las repercusiones que sabría que generaría su relato, Marzol apretó el acelerador y contó: “Fue básicamente detrás de un altar, en una iglesia. Y embarazada del nene que está corriendo por acá, que no se queda quieto”.
Curioso por el tenor de la revelación, Sebastián indagó: “¿Fueron a la iglesia a hacerlo directamente o tenían un casamiento, una comunión?”. Así, la talentosa bailarina añadió más detalles: “Viste que la iglesia tiene horarios que son fantasma y están abiertas. Fue como un acto de amor, no fue un acto pagano. Fue un acto de amor hermoso”.