-Hola, amiga. ¿Vamos al teatro esta noche? Conseguí dos entradas.
–¿Es buena la obra? Mirá que no me quiero clavar, eh…
–Y qué se yo, tampoco esperes que te cambie la vida.
Error: a veces algo tan simple como una función cualquiera de teatro puede modificarle la existencia a una persona. No tanto por el argumento de la pieza, sino por lo que quizás suceda alrededor. Si no que le pregunten a Noelia Pompa.
Hace tres años que la excampeona del Bailando por un sueño se fue a vivir a Europa. De buenas a primeras, abandonó la Argentina y se instaló en España, desde donde recorrió buena parte del hoy castigado Viejo Continente. Anduvo de acá para allá visitando, conociendo, descubriendo, paseando y probando suerte. Y un buen día, ya de vuelta en Madrid, recibió ese llamado que le pareció simplón pero terminó siendo determinante y crucial para su corazón.
Noelia fue a ver The Hole. Y si le gustó o no la obra fue lo menos trascendente de aquella noche. Lo más importante fue que en un momento alguien se le acercó y le susurró “Buenas noches, guapa”. Cuando se dio vuelta y miró fijo al hombre que le había dicho eso, supo que ya nada sería lo mismo.
Dos años más tarde, David sigue siendo su novio. “Me conquistó por la panza. Él es cocinero y su especialidad son las paellas. Le salen espectaculares, no podés parar de comer cuando empezás. Cada tanto voy a la Argentina, porque nací allá y tengo muchos afectos, pero hoy mi vida está en España, mucho más desde que estoy con él”, dijo ella en Paparazzi.
A primera vista, en su aspecto físico David tiene algo de Onur, aquel que conocimos en la novela turca Las mil y una noches. Tiene poco pelo, una barba mucho más frondosa que su cabello, una sonrisa que contagia hasta al más amargado y dos manos que hacen magia. Sí, ahí donde las mujeres quieren que las use. ¡En la cocina, hombre! Por eso Noelia siempre está contenta y anda por la vida con cara y gesto de alegría. Porque la felicidad es toda pa’ella.