Loable, admirable y aplaudible. Un gigante del universo artístico como Pablo Alarcón no dudó ni un segundo en lanzarse a ese desafío y estoico se plantó en una arena pública para compartir su arte. El actor se transformó en noticia por la realización de una obra teatral en Plaza Francia.
Este reconocido protagonista de decenas de éxitos televisivos siguió sus instintos y armó una presentación en ese parque tan concurrido de la ciudad. Ahí desarrolla su pasión a cambio de recolectar la colaboración desinteresada y voluntaria del público.
Respecto a toda esta cuestión que activó la atención en los medios, Pablo ahondó con muchos detalles en su visita a Mañanísima, el ciclo de Carmen Barbieri. En ese entorno, Alarcón soltó una definición muy fuerte y conmovedora: “Pasar la gorra es un hecho. Pero, ¿quién extiende la mano? Y la extiendo yo. Entonces es como decir: ‘¿Me das para comer?’”.
Así como analizó su anterior realidad, en la que no debía preocuparse por la generación un caudal de espectadores: “En la tradición teatral, las boleterías o intermediarios gestionan las retribuciones, pero aquí es directo. La gente me da su colaboración de mano a mano”.
PABLO ALARCÓN SE EMOCIONÓ AL AIRE
Con mucho tino y cuidado, Carmen procuró saber cuánto recibía, aproximadamente, en ese trabajo en la vía pública. De ese modo, Alarcón confesó: “Ayer fui a la verdulería y le digo al verdulero ‘tomá Carlitos tengo todos estos billetes de 10 y de 20. ¿Me los contás y me das todo eso de verduras? Eran como 4500 pesos”.
Y reconoció la mercadería que pudo llevarse a su hogar con ese monto, con ese manojo de billetes de baja numeración: “Compré 3 tomates, un kilo de papas, porque la papa sale 900 mangos que es lo más barato que había. No se puede creer...”.