Desde su ingreso a Gran Hermano, la participación de Paloma ha suscitado numerosas preguntas en las redes sociales sobre los posibles retoques estéticos que la joven se habría realizado antes de entrar a la famosa casa.
En una charla reveladora con sus compañeros, la nueva integrante decidió compartir abiertamente la obsesión que determinó sus estándares de belleza durante mucho tiempo, afectando una parte de su rostro. Paloma confesó que a lo largo de un año se sometió a más de tres aplicaciones de ácido hialurónico para agrandar sus labios y resaltar sus rasgos.
Paloma admitió su obsesión con el ácido hialurónico, confesando haberse aplicado el producto una cantidad considerable de veces. "Me agarró como una obsesión", expresó la participante, indicando que, aunque usó productos de alta calidad y se lo aplicó en lugares distintos, la frecuencia excesiva le generó inconvenientes.
La joven, visiblemente frustrada, explicó que tomó medidas para detener esta obsesión: "Yo igual me pongo lo mejor de lo mejor... Me ponía mucho: una jeringa cada tres meses. Pero ahora hace un año que lo dejé". Aunque los demás hermanitos coincidieron en que aún se nota el producto en sus labios.
LA CONCURSANTE CONFESÓ SU ADICCIÓN ESTÉTICA
Paloma aseguró que meses atrás estaban más prominentes y decidió ponerle fin por temor a que "se le caiga la boca". En una revelación adicional, Paloma compartió su experiencia laboral previa a Gran Hermano.
A sus 21 años, la joven ya había iniciado su camino en el mundo laboral trabajando como recepcionista en un bar, pero dejó el empleo debido a malas condiciones laborales y bajos salarios. La confesión sobre su pasado laboral se suma a la lista de revelaciones de los participantes sobre sus vidas antes de ingresar al reality.