Si bien su rostro y su cuerpo se hicieron conocidos al ser parte de diferentes espectáculos de la cartelera teatral, y alcanzó la máxima popularidad cuando pisó la pista del Bailando en 2017 tras separarse del cirujano estético Aníbal Lotocki, la actriz y vedette decidió colgar las plumas, bajarse de las tablas y abocarse de lleno a una asignatura pendiente: terminar la carrera de Psicología. Y así lo hizo Pamela Sosa.
Sin ir más lejos, días atrás, y mientras esperaba que se llevara a cabo el juicio contra su expareja, la morocha cumplió ese gran sueño y obtuvo la licenciatura. En medio de la cuarentena, cuenta cómo continúa de ahora en más su vida personal, su carrera artística, su negocio de indumentaria femenina y su estado sentimental.
–¿Cómo fue que decidiste dejar todo lo que tiene que ver con los medios para estudiar?
–A los 18 me fui de mi casa para estudiar Psicología en Posadas, Misiones. Llegué hasta cuarto año y en ese momento me buscó una agencia de modelos. Me llamaron y me terminé quedando a vivir en Buenos Aires. Mis viejos a todo esto me terminaron cortando el dinero, enojados porque estaba a punto de recibirme. Era un sueño y una posibilidad porque me ofrecían todo. Trabajé un año con Ale Fantino, me fui a Chile al año siguiente y al regreso me contrató Carmen Barbieri, pero ahí retomé la facultad e hice materias de a poco. El trabajo lo priorizaba y tuve que dejar muchas veces porque viajaba mucho. Después del Bailando decidí dejar todo y cumplir esta meta que tenía de pequeña, porque siempre supe que quería ir por ahí, desde que me decidí a estudiar Psicología. Así que arranqué en 2017 con todo y a su vez abrí mi showroon.
–¿Y cómo seguís ahora en más?
–Acá estoy. Terminé con una tesis con pacientes del Borda y otra sobre la influencia del consumo de marihuana en el diagnóstico de esquizofrenia y gustó muchísimo. Me felicitaron y fue una gran investigación que realicé. Estoy feliz, en una nueva etapa de mi vida. Creo que hay que saber reconstruirse. Ya cumplí lo que tenía que cumplir dentro del medio, ya hice lo que tenía ganas de hacer y hoy estoy terminando otro de mis sueños que era ser psicóloga. Acá no termina mi estudio, en agosto arranco mi maestría en Favaloro y me gusta, soy fanática de la neurociencia de Facundo Manes.
-¿Cómo piensas seguir la carrera?
-La idea es hacer clínica con pacientes dentro de mi orientación, que es la TCC, y en paralelo hacer investigación. Iré viendo cómo puedo abrir mis puertas para empezar a trabajar como psicóloga. Fue mucho el esfuerzo que hice. Con la economía inestable y tratando de trabajar lo posible en un emprendimiento que recién arrancaba, tuve que sacar créditos para abrir el showroom. Trabajaba lo que podía para mantener y pagar deudas y me decidí a terminar rápido. Además, hice pasantías en clínicas y en el hospital Borda con pacientes psiquiátricos. Estoy feliz porque me siento realizada con dos cosas que me gustan mucho.
–¿La carrera artística la descartás por ahora?
–Trabajar artísticamente no, ya hace tiempo que no lo hago. No me da el tiempo y tampoco me interesa. Estoy viviendo otra vida. Cambió totalmente todo. Quiero concentrarme en esto, me quiero especializar, la maestría es amplia y me quiero enfocar en mi carrera como psicóloga y en mi local de ropa. Volver, no.
–¿En que quedó el juicio con Aníbal Lotocki?
–El juicio arrancaba ahora, el 1° de abril. Hay que ver qué pasa porque con esto del coronavirus se trasladan seguro las fechas. Estamos todas juntas con Burlando y es el juicio entre todas.
–Por último, en lo personal, ¿estás en pareja?
–Sola nunca, con mi bebé que es mi perrita Kiara. Por el momento estoy muy bien así, concentrada en mis proyectos.
