Una figura descomunal, de una trascendencia mayúscula, que la eleva a una categoría de personalidad impresionante. Pampita ya construyó un perfil único, que confirmó con su reciente participación en El Hotel de los Famosos, su primera conducción en el prime time. Pero no todo fue color de rosas, por eso la morocha detalló los trabajos cotidianos que llevó a cabo al llegar a Capital Federal.
Lejos del glamour de hoy, de esa luminosidad que la destaca, de esa rutina llena de atención mediática, Carolina Ardohain desembarcó en Buenos Aires de muy pequeña, en búsqueda de un sueño, desde su tierra natal, La Pampa. Y se arremangó como cualquier mortal.
En su visita a PH, el ciclo de Telefe que conduce Andy Kusnetzoff todos los sábados y que sirve de escenario para confesiones de los famosos, la actual esposa de Roberto García Moritán se animó a admitir sin tapujos todo lo que hizo en esos primeros años en la city porteña.
Eran otras épocas, incluso se lanzó a la aventura durante el último año del colegio secundario, una decisión compleja, que implicaba esfuerzos, muchos sacrificios para correr detrás de sus anhelos, esos que se vinculaban con la actividad en la pasarela.
Pampita empezó su revelación al repasar: "Yo llegué a Buenos Aires para participar de un concurso de una revista. Era 'Pampita' ya en ese entonces, para los que trabajaban en la revista pero muchos años después, me bautizaron así". Toda una situación poco conocida.
El trabajo apareció rápido, como una necesidad, y tomó el desafío sin vergüenza y con decisión, por eso contó: “Cuando llegué tenía que laburar de algo, estaba haciendo el último año del secundario, en microcentro. Tenía que trabajar porque mi familia no me podía mantener”.
Así se produjo la confesión de Carolina sobre los oficios que desarrolló en esa juventud incipiente: “Trabajé de promotora, en un bowling de lavacopas pero rápidamente conseguí un trabajo fijo, siendo vendedora de ropa en un outlet en Martínez".
"Como vendía muy bien en el outlet, me trajeron a un shopping muy conocido. Me fue muy bien, me pasaron a otro local todavía mejor, era muy buena vendedora. Así que todo el día trabajaba en el shopping y a la noche me iba a hacer el secundario en la nocturna con gente grande, de lunes a sábado", añadió.