Con una amplia carrera en el mundo de la actuación y gracias a la espectacular participación que tuvo de la mano de importantes figuras del medio, Patricia Echegoyen recordó el paso a paso de su trayectoria en una interesante entrevista con Los Mammones, el ciclo que conduce Jey Mammon por América.
Y es que la actriz estuvo como invitada al programa para hablar de sus inicios en el ambiente laboral y también para contar anécdotas nunca antes reveladas. Dentro de este contexto, con su típica risa contagiosa, decidió confesar un terrible momento que vivió de la mano de una colega cuando ambas estaban llevando a cabo una obra de teatro.
Todo comenzó cuando, pícaro, Jey le preguntó si era verdad que una vez “estaba con una compañera en el camarín del teatro y le pidió que le leyera el mensaje que le acababa de llegar al celular”, y ese minuto ocasionó un descontrol en toda la producción.
No pudiendo contener la risa, Echegoyen admitió que fue así y pasó a contar con detalles cómo fue la situación: “El mensaje era de mi actual marido… de Rodrigo. Pero yo no podía leer lo que mandó porque tenía guantes. Escuchen. Nunca hay que hacer eso. Nunca hay que dar a leer nada a otro”.
Acto seguido, contó cómo fue el incómodo momento: “Yo estaba compartiendo camarín con ella, que era un placard, más que un camarín… Y tenía que salir a escena, con los guantes puestos y se lo paso el celular y le digo ‘¿qué dice?’”
“Y ella me dice: ‘Dice que cuando canto yo, (no voy a decir el nombre para cuidarla), la gente se está haciendo una harakiri….”, rápidamente se autollamó a silencio y empezó a hacer gestos de no poder creer lo que le había sucedido.
Cabe aclarar que un harakiri es un ritual suicida de origen japonés que consiste en abrirse el vientre con un arma blanca, por lo que su actual marido, con quien lleva más de 24 años en pareja, le quiso hacer “una broma” por lo mal que cantaba su colega, sin saber que el mensaje iba a caer en sus manos.
"No podía agarrar mi celular y le dije a mi compañera de teatro que lea el mensaje... Decía que cuando cantaba ella la gente se estaba haciendo un harakiri...."
Tras aquel mal momento, Patricia confesó que tuvo que contárselo rápidamente a sus compañeros de elenco, que lejos de ayudarla, se burlaron de la situación: “Yo empecé como a convulsionar, salí corriendo, voy al escenario y cuento todo a mis compañeros que fueron cayéndose de risa uno por uno”.
Asimismo, reveló cuál fue la decisión final que eligió para sobrepasar aquel incómodo momento: “Yo decía tengo dos opciones, o vuelvo, agarro las cosas y me voy… o sea, renuncio; o vuelvo como si no pasara nada. Esto no pasó. Te lo niego a muerte. E hice eso. Elegí la segunda”.
