Sin teatros ni espectáculos de revista, considerados "algo anticuados" o de "otra época" por las nuevas generaciones de artistas y de críticos, las históricas y despiadadas "guerras de vedettes" fueron reemplazados por los picantes y agresivos "conflictos entre periodistas" que sin necesidad de plumas, lentejuelas ni prendas diminutas se enfrascan en batallas peores que aquellas de las chicas por el cartel de la marquesina, un bocadillo más de texto o la aparición en el saludo final.
Uno de los últimos episodios lo protagonizaron Paulo Vilouta y Julia Mengolini. Si, ellos dos aunque cueste creerlo. Fueron compañeros en Intratables, el programa de debate político de América, y Vilouta, una de las figuras más queridas y respetadas del ambiente, sorprendió al considerarla "la peor compañera que tuve".
Pocos días antes de decir eso, Mengolini había sido noticia por contar que había pasado "todo el embarazo fumando marihuana". La frase provocó una revolución tan grande que le dio un móvil a LAM donde la polémica, en vez de desaparecer, se multiplicó. En ese mismo ciclo entrevistaron a Vilouta, y Angel de Brito, lógicamente, ató cabos y otra vez generó ruido.
"Uno no se puede quedar callado ante estas cosas, que son gravísimas. No hay que decir disparates, y eso que dijo fue un disparate absoluto".
Después de charlar del cruce que protagonizó con Andera Rincón en una reciente visita a Podemos Hablar, el programa de Andy Kusnetzoff (el periodista decía que no es fácil salir de las drogas y la actriz lo criticó porque estaba dando un discurso que podía ser negativo para los que transitan la adicción), De Brito quiso conocer su opinión por la famosa frase de "su enemiga" Mengolini.
"Uno no se puede quedar callado ante estas cosas, que son gravísimas", remarcó Vilouta, quien le aconsejó a Mengolini que "no hay que decir disparates, y eso que dijo fue un disparate absoluto". Al mismo tiempo, después de que le recordaron que no quiso consultar el tema con su obstetra porque es una persona mayor, el conductor de Vilouta 910 (La red, de lunes a viernes de 6 a 9) dijo que "hay que hablar con un médico, no con un curandero".
Poco antes de dar esa definición, Violuta volvió a recordar que cuando trabajo con Mengolini "casi nunca coincidiamos en las opiniones" y contó que "una vez, después de perder una discusión, estuvo llorisqueando y diceía que nosotros no la tratábamos bien".
No bajan las escaleras ni muestran el cuerpo, ¡pero cómo pelean los periodistas!
