Brasilia. 6 de julio de 2021. 24 grados. El estadio Mané Garrincha es majestuoso, gigantesco, impactante, pero está vacío y se escucha cada cosa que dicen y que gritan estos veintipico de muchachos que saltan enajenados a un costado del campo de juego. Argentina le acaba de ganar en los penales a Colombia y está clasificada para jugar la final de la Copa América contra Brasil, nada más y nada menos, en otro templo del fútbol: será el sábado, en el Maracaná, acaso el escenario deportivo con más historia en todo el planeta.
En ese límite medio difuso entre la noche y la madrugada el ramillete de jóvenes sigue en la suya, a pesar del calor, del desgaste, del cansancio, de los nervios y de los golpes. Los líderes de la banda del seleccionado son 3. Papu Gómez, a veces más dj que futbolista, Lio Messi con el tobillo ensangrentado y todo, y Dibu Martínez, nuevo prócer de la patria futbolera desde que atajó tres penales y nos puso en el partido decisivo. No cantan "Que vamos a salir campeones", "vamos a dar la vuelta en el Maracaná" o "de la mano de Lío Messi".
Los jugadores se "desgañitan" gritando contra los periodistas. Con una manera que debe repudiarse sin medias tintas (el "puto" utilizado como insulto una vez más, una reprochable actitud que debería modificarse de inmediato y que demuestra lo poco efectivas que son algunas campañas encaras por el fútbol) pero con un mensaje que queda claro y que es contundente: cono muchas otras veces, los integrantes de un seleccionado nacional están enfrentados con un sector de la prensa deportiva.
Los apuntados, concretamente, pertenecen al "supermultimedios" que se formó en ESPN desde que ese canal absorbió a buena parte de las figuras que trabajaban en otras emisoras. Y dentro de su programación, al ciclo F90, comandado por el Pollo Sebastián Vignolo -considerado, por muchos, el mejor relator de fútbol del país- y donde es secundado por los ex jugadores Oscar Ruggeri y Sebastián Domínguez, y otros periodistas, todos muy reconocidos y respetados en el ámbito del deporte, como Marcelo Benedetto, el Cholo Sottile, el Chavo Fucks, el Negro Bulos y Daniel Arcucci.
En ese envío, la semana pasada, un comentario generó una confusión infernal. En las redes sociales,incluso, se los acusó de desear la derrota del equipo nacional porque dieron a entender "lo que está haciendo Scaloni no tiene que ver con un proyecto serio como el que debería manejar al seleccionado". Ninguno de los protagonistas lo negó, pero llamó la atención: Vignolo y Ruggeri han sido siempre "hinchas acérrimos del seleccionado". Cada vez que les tocó relatar a la albiceleste disfrutaron de sus victorias y sufrieron sus traspies. Pero la gente, y los jugadores, entendieron otra cosa esta vez y se la agarraron con ellos.
En ese mismo canal trabajan otras figuras como Gustavo López, Alejandro Fantino, Mariano Closs y el poeta Leo Gentili, pero ellos no fueron los apuntados. Sucedió en Brasilia, el 6 de julio de 2021, con 24 grados y cerca de la medianoche. Ojalá el sábado atrone el "Dale campeón" después de 28 años sin títulos.
