Claudio Di Lorenzo fue el segundo participante en ingresar a la casa más afamada y escandalosa del país, la de Gran Hermano. Dueño de una conexión especial con la vida extraterreste, artista de alma y con una estética que lo ayuda a destacarse, el jugador protagonizó un momento especial al "abandonar" a su familia para ingresar al programa. "Mis hijos son la luz de mis ojos".
“Soy Claudio, tengo 41 años, vivo en Flores, Capital. Tengo dos hijos que son la luz de mi vida. Me gusta molestar a la gente, me gusta hacer bromas, creo en la ley de atracción. Mi vida se basa en eso. No me imagino estático. Soy uno de los que creen que la Tierra es plana y no redonda", se presentó Claudio en el casting del reality show que se vio en el debut del programa, previo a su gran ingreso a la casa.
"Tuve un episodio muy loco y es que pasó un OVNI arriba mío. Creo que hubo un antes y un después de eso. Muy místico. También doy reiki, creo que tengo un don con eso. Ese es mi plan de juego", contó Di Lorenzo, en tevé. Para que luego sea Santiago del Moro, el conductor del programa de las noches de Telefe, quien destaque en su comentario...
“Si algo le faltaba a este programa era un terraplanista”, dijo Santiago sobre una de las condiciones de Claudio, a modo de broma. Y fue después de despedirlo y de que el artista cruce el pasillo que dividía la vida real del aislamiento, que se generó una emotiva situación entre el participante y sus hijos.
EL MOMENTO MAS EMOTIVO ENTRE CLAUDIO Y SU FAMILIA
Para muchos de los usuarios en redes sociales, el cruce en pantalla, a pura emoción y llanto entre Claudio y sus herederos, se se vivó como un hecho que "dio cringe" y por eso las imágenes del momento se volvieron tendencia en Argentina.
El término que se volvió común para referir a la sensación que produce ver a alguien en una situación vergonzosa o ridícula mostró el costado más emotivo de Di Lorenzo y de su familia que quedó separada por un tiempo indeterminado, hasta que el juego lo expulse, se vaya por voluntad propia o gane la competencia.