Primero, Holder. Después, Martina. La semana pasada, Mora. Es probable que en un par de días los siga "La Tora". Curiosamente, los jugadores menos queridos de Gran Hermano pueden estirar la lista con una "participante" que nunca pisó la casa pero se ganó la consideración en las redes sociales: Laura Ubfal ha reunido un rechazo casi unánime de aquellos que siguen el programa -y sus debates- con fervor y fanatismo.
A decir verdad, Ubfal es una especie de "experta" y "sabelotodo" en materia televisiva, lo que incluye, por supuesto, la gigantesca maquinaria de los realities. La "reentré" de Gran Hermano tras 10 años de ausencia le permitió desembarcar en algunos de sus satélites, como los debates de media semana. Además, mantiene sus columnas en Intrusos, un programa que también le da amplia cobertura a lo que sucede en "La casa".
En realidad, allí adentro no pasa demasiado. Pero cualquier cosa, hasta la más mínima, alcanza para llenar horas y horas de discusión mediática. Una compra (sí, una compra), un beso (sí, un beso), un mínimo intercambio de palabras (sí, un mínimo intercambio de palabras) desembocan en larguísimos análisis como si fueran hechos trascendentes o significativos. Mientras el rating acompañe (si, promedios superiores a los 20 puntos en una tele que a gatas araña los dos dígitos) seguirá así.
En cada una de sus intervenciones, Ubfal ha levantado la bandera del feminismo y de la defensa de las mujeres. Según ella, es prácticamente una ley que "si hay una mujer en placa, se va una mujer".
Y si bien la "máxima" ha encontrado mucho rechazo, por ahora hay que darle la razón: Martina y Mora, las dos chicas que estuvieron nominadas, terminaron agarrando el bolsito y fueron a parar con la música a otra parte.
Ubfal ya había manifestado su teoría en ocasión de las finales de La Voz Argentina, otro realitie de Telefé pero al que vio desde afuera. Ella no tenía dudas de que la final debía ganarla Angela Navarro pero tampoco de que se impondría el chubutense Yhosva Montoya, como finalmente sucedió. Ya en ese momento pidió "respetar a las mujeres" y enarboló la cuestión de género como definitoria de las competiciones. Otra vez acertó.
Esa postura irreductible de Ubfal le ha ganado el rechazo de buena parte del "mundo Twitter", ese espacio medsio ríspido y bastante enérgico donde GH hizo pata ancha. La sensación creció y se multiplicó varias veces a partir de la salida de Mora, a la que la periodista defendió por "ser mujer".
La gente trató de explicarle que no la votaron por eso, sino por actitudes que no gustaron, pero ella se mantuvo en su postura. Y llegó el momento más insólito de todos: una lluvia de tuits pidiendo que Ubfal sea "enviada a placa". Sí, como si estuviera "jugando". Como fuere, no pasa inadvertida.