En una reciente entrevista llena de revelaciones sorprendentes, el aclamado actor Ricardo Darín, quien ha sido una figura emblemática del cine argentino durante décadas, compartió una parte poco conocida de su vida profesional que le causa cierta vergüenza.
Este ícono del cine, conocido por su versatilidad y talento, confesó que hay un proyecto en su extenso currículum que, al mirar atrás, le genera incomodidad: el lanzamiento de un disco de poemas en la década de los setenta.
En aquel entonces, Darín era la figura del momento. Estaba en la cima de su popularidad gracias a una serie de películas dirigidas al público adolescente, en las que su encanto juvenil era un atractivo infalible.
Los productores de aquellas cintas no se detuvieron en explotar su popularidad solo a través del cine. Decidieron ir más allá y buscaron capitalizar su imagen con un disco que reflejara su carisma.
Sin embargo, el actor se topó con un desafío que nunca había contemplado: fue invitado a cantar, una propuesta que rápidamente rehuyó. Sin intención de convertirse en cantante, la solución fue convertir la iniciativa en un disco de poemas, una decisión a la que accedió con reticencia.
En retrospectiva, Darín recuerda el proceso con una mezcla de sarcasmo y vergüenza, a pesar de las buenas intenciones detrás del proyecto. Tenía apenas 22 años y aceptó el reto con la disposición de cualquier joven en busca de nuevas experiencias, encerrándose en días de escritura improvisada en un bar.
El resultado fue una producción que probablemente no llegó a alcanzar el impacto deseado, y aunque Darín confiesa sentir cierta vergüenza al recordar ese capítulo, su entonces pareja, Martita, fue uno de sus pilares en aquella época de exploración artística.
"Se les ocurrió a unas mentes iluminadas", expresó el actor respecto al trabajo. Era una etapa de metamorfosis profesional y personal que lo llevó de ser un galán adolescente a un actor maduro, capaz de dejar una marca imborrable en la industria del cine.
A pesar de que ahora esa aventura musical es vista por el propio Darín como una curiosidad dentro de su ilustre trayectoria, el actor reflexiona sobre cómo el mundo del espectáculo está repleto de decisiones inesperadas.