No habían pasado 24 horas desde que los nuevos participantes ingresaron a la casa de Gran Hermano que ya empezaron a florecer sentimientos y emociones en cada uno de ellos. Pero así como están los grandes estrategas, fríos y calculadores también están aquellos que no pueden ocultar lo que les pasa.
Y este último fue el caso de Carla De Stefano, una abogada de 46 años, con cuatro hijos, que superó un cáncer de mamas y conoció a su pareja por Tinder. En tanto se quebró dentro del reality y reconoció que el llanto tenía que ver con extrañar a sus afectos volvió a protagonizar otro insólito momento dentro del programa.
Compartiendo con Cata y Emma una charla en el baño, la letrada, y una de las más grandes de esta edición manifestó ante sus compañeros que no se animaba a ducharse aún siendo que se sentía intimidada por la decenas de cámaras que hay observandolos segundo a segundo.
“Yo primero me bañe con bóxer. Me bañe dos veces”, comentó el estilista cordobés. A lo que Carla acotó: “No canchereen. Ni en pedo me baño desnuda. Sino con ropa interior. No quiero que me vea Gran Hermano. Es por la teta no es por ser grande”.
CARLA ENTRO EN CRISIS EN SU PRIMER DIA EN GRAN HERMANO
En tanto el resto de los participantes le insistían para que se duche, De Stefano se conmovió por la experiencia y por su situación personal luego de haber atravesado el problema de salud que desde un principio compartió. Con lágrimas en los ojos, la abogada lanzó: “Me tengo que bañar con una sábana, para bañarme en pelotas”.
“No seas tonta. Se re entiende. Ya te las vas a hacer y vas a estar conmigo en la playa en topless y todo”, le dijo la morocha que se declaró botinera a fin de contener a su compañera y darle palabras de aliento para que disfrute de la experiencia.