Ese fuego furioso, que ardió y devoró todo a su paso, parecía apagado. No obstante, del remanente de cenizas se revivió una combustión impresionante. La China Suárez volvió a encender las alarmas, a provocar un ruido mediático descomunal y a posicionarse en el eje de las controversias.
Tras meses después de la noche de pasión, lujuria y clandestinidad que experimentó María Eugenia con Mauro Icardi, en la oscuridad de una habitación de hotel en París, ahora regresa el escándalo. La blonda reactivó el contacto con el delantero.
El esposo de Wanda Nara reaccionó rápido al intento de charlar, de coordinar un encuentro de la China y le envió todo el material, todas las pruebas a su esposa. Unas escasas palabras escritas en un chat alcanzaron para encender la polémica de nuevo.
Suárez navega nuevamente como eje de un debate en la opinión pública, que analiza y ausculta ese comportamiento extraño de buscar a hombres casados. En esa sintonía, Mariana Brey compartió una información calificada.
La panelista recordó la charla con una amiga de la China respecto a este concepto generalizado sobre su gusto por varones comprometidos y sorprendió con el tenor del pensamiento de la actriz. “El año pasado, le consulté a una amiga de la China cómo la estaba pasando, porque me parecía que lo podía estar sufriendo”, introdujo.
Hasta que narró lo que dijo María Eugenia sobre lo que piensan sobre ella: “La respuesta de la China a esta amiga fue, en ese momento, que me llamó muchísimo la atención y me hace gracia ahora van a entender por qué, en su seguridad y muy lejos de sentirse mal por todo esto le contestó ‘Yo no soy Rosa de Berazategui, soy la China de zona norte’”.
Para cerrar, Brey aportó una lectura de esta postura egocéntrica de Suárez: “Como convencida de que ella tiene un nombre propio y nada de lo que se diga de ella la afecta. No le entran las balas, no la afecta".