Hay programas que marcan una época, que trascienden el paso del tiempo y que se alojan en un recoveco del corazón de millones. En ese grupo selecto se encuentra Jugate Conmigo, un ciclo novedoso para la década del 90, que mezclaba el entretenimiento, con la música y muchos adolescentes que se iniciaban en la industria. De la mano de la siempre innovadora Cris Morena, ahí brilló Octavio Borro, uno de los que más suspiros robaba.
El joven se destacó con aquella canción que interpretaba en el ciclo, “Me llamo Juan”, y sobre todo con el videoclip del tema, en el que intentaba conquistar a una vecina que le robaba el corazón y para lo cual apelaba a todo tipo de artilugio para que se enamorara de él.
Tras dos temporadas en el programa, la producción determinó la renovación total del staff y por eso Octavio tuvo que emprender nuevos rumbos. Claro que la actuación ya latía dentro suyo y pudo encaminarse en diferentes novelas y series como Paraíso Rock, Chiquititas, Son Amores, Rebelde Way, Costumbres Argentinas y De Corazón.
Una de sus últimas apariciones en la pantalla chica se produjo en el reality de famosos, allá por 2001. Desde ese punto, Borro mermó sus actividades actorales. Claro que antes encontró en el medio artístico al amor de su vida, Julieta Fazzari, quien interpretó a una de las “chancles” en la mítica serie “¡Grande Pa!”.
Con la actriz formaron una familia granítica, que se compone con dos hijas, Nina de nueve años y Mila de siete. En todo ese recorrido, Octavio decidió cambiar radicalmente de profesión y se inclinó por la carpintería, por ese arte de manipular y crear con la madera.
Esa pasión lo estimuló y lo mantiene ocupado e incluso logró armar su propio taller en Quilmes. En ese espacio construye, restaura, recicla y arma pedidos de toda índole, para ornamentar cocinas y cualquier ambiente.