El nombre suena algo intimidante: Bocas del Toro. El paisaje contrasta notablemente: es encantador, calmo, sereno, paradisíaco. La playa es turquesa, las aguas mansas, el sol acaricia de la mañana a la noche sin agobiar y sus calles proponen un ritmo mucho más tranquilo que el de las grandes ciudades. Al medio del Caribe se fue a vivir Silvina Luna, que abandonó el ritmo frenético y enloquecedor de Buenos Aires por los amaneceres soñados y los atardeceres mágicos de ese paraíso ubicado en uno de los extremos de Panamá.
La travesía rumbo a un destino mucho más relajado, sin embargo, no esquivó polémicas ni escándalos. A Luna se la vinculó sentimentalmente con Rodrigo Fernández Prieto, quien acaba de separarse de Floppy Tesouro y es un mega millonario que tiene una propiedad veraniega -curiosamente- en Bocas del Toro. Mucho para ser una simple coincidencia, ¿no? Hubo algún que otro entrevero entre las dos modelos y ahora ha bajado un poco la marea, pero siempre queda un poco de espuma flotando por allí...
Luna postea desde hace un tiempo cómo es su "nueva vida" en medio de ese edén veraniego. Se la escucha mas espiritual, distinta, "energéticamente cambiada". Si antes buscaba la perfección de su cuerpo (y en esa carrera se encontró con más dolores de cabeza que beneficios, como los problemas para su salud que le quedaron después que le aplicaran metacrilato) ahora pretende encontrar lo mejor para su alma y para su espíritu.
Pero claro, algo llama la atención y la pregunta surge de manera casi instantánea. Con la crisis económica que golpea a la Argentina, ¿Cómo hace una persona para costearse la vida en un lugar tan hermoso, bello y sofisticado como ese, que además queda a miles de kilómetros de la Argentina?
"Hacemos talleres online sobre disciplinas relacionadas con el bienestar. Y estoy armando unos retiros presenciales en Bocas del Toro, con referentes internacionales. Una especie de detox mental".
En un reportaje que le concedió a la versión argentina de la revista Hola, Luna contó que allí se puso "Un espacio holístico con experiencias transformadoras. Hacemos talleres online sobre diferentes disciplinas relacionadas con el bienestar, con referentes que tuve el gusto de conocer y que me hicieron muy bien. Y estoy armando unos retiros presenciales en Bocas del Toro, con referentes internacionales. Una especie de detox mental en este paradisíaco lugar".
"Mi vida en Bocas del Toro es muy austera y serena. Cuando amanecés todos los días a las 5:30 AM junto a este mar, con este sol y esta brisa, sos muy rica. Trabajo en la abundancia. Dedico todo mi día al desarrollo de mis proyectos, pero también disfruto de la riqueza espiritual. Tener la chance de elegir qué hacer, dónde quiero estar y proveerme las cosas básicas me hace inmensamente feliz. Mis días acá son simples y conscientes. Tengo un grupo de amigos con los que salimos y nos divertimos mucho. Me alimento de modo saludable, descanso bien, hago deportes y trabajo mucho generando contenido", finalizó.
