El lunes por la noche explotó la bomba. Una novedad impresionante, que ratifica el final de una relación amorosa extensa y sobre todo muy mediatizada. Laurita Fernández anunció en sus redes sociales que se terminó el noviazgo con Nicolás Cabré.
Desde ese punto se dispararon diferentes aristas, como dilucidar el punto de quiebre, encontrar los argumentos que llevaron a ambos famosos a tomar caminos separados y hasta conocer el futuro de ese proyecto juntos que los unía, la casa que adquirieron en un country.
Los periodistas especializados en el espectáculo quedaron anonadados por esta ruptura sorpresiva, muchos se indignaron por la falta de indicios y otros despotricaron contra la bailarina por no tirarles un centro. En Intrusos asumieron su ausencia de información.
En la edición del martes, Adrián Pallares describió la conversación que tuvo con Laurita y sostuvo: "Estaba un poco triste, no quería hablar. Está todo bien. Fueron tres años re lindos, pero ya no coincidíamos mucho, últimamente".
Hasta que llegó la revelación de uno de los motivos que activaron la separación, una situación que acontecía en la pareja que sacudió los cimientos. Paula Varela tiró: “Cabré le pidió a Laurita que pare un poco, que no trabaje tanto y quería apostar a una familia".
Evidentemente el perfil alto de Fernández, que se alista para debutar con El club de las divorciadas en eltrece, además de sus otras actividades, no le cuajó a Cabré y construyó una grieta imposible de subsanar.