Hace un tiempo se filtró que el affaire de la China Suárez con Mauro Icardi cayó pésimo en Chile, más precisamente en Isabel Luco Morandé, quien ya había manifestado su indignación por el modo en que terminó la pareja de su hijo Benjamín Vicuña.
La chilena no le agradó en lo más mínimo la decisión del actor de intentar subsanar el vínculo, con la compra de una mansión en un country mientras que la actriz continuaba con un posible romance con Nicolás Furtado. Todo eso activó la profundización de la relación de María Eugenia con su exsuegra y se concluyó en que nunca se profesaron una afinidad real.
De hecho, las versiones que germinaron referían a un plan de Morandé para reducir la cuota alimentaria que percibe la actriz, que se instauró se abona en dólares, así como que habría contratado a tres abogados para recuperar la propiedad que Vicuña le obsequió en un country en Pilar.
En todo ese campo de batalla elucubrado por los medios, Benja salió a desmentir categóricamente: “Yo vivo solo desde los 16 años, tengo un vínculo con ella maravilloso, de respeto, de cariño. Ella no tiene ningún tipo de injerencia sobre mi vida, ni mis decisiones, ni mis hijos, ni mis ex”.
Claro que restaba la versión de la China, escuchar su opinión respecto a todo este entuerto, que inundó todos los portales y programas de televisión. Y finalmente llegó. No obstante de un modo peculiar, dado que la blonda se expresó con monosílabos.
En el contexto de su visita a la avant premiere de un film español, Socios del espectáculo se acercó a Súarez y le consultó: "Hablamos con Benja. Dijo que está todo bien con vos, con la mamá de él. ¿Tenés algo para decir sobre eso?".
Así se produjo la revelación de María Eugenia respecto a una posible confrontación con Luco Morandé y bramó: "Nada. Nada". Ante las infinitas repreguntas, la actriz soló atinó a esquivar al cronista y mantuvo el silencio sepulcral.
