En enero de este año, luego de ser distinguida en el marco de la entrega de los Martín Fierro a la Comunicación Digital Nativa, Graciela Borges adelantó que había decidido dejar de hacer cine por las consecuencias físicas que los cambios tecnológicos implican para los actores.
Con la llegada del digital, al no usarse más fílmico, las escenas pueden repetirse una y otra vez y eso, justamente, es lo que Graciela no está dispuesta a seguir haciendo. Así lo dijo la actriz, en diálogo con la agencia Télam, cuando anunció el fin de una etapa para ella.
“Las películas ya las dejé, me cansé mucho las últimas dos películas que hice. Las amé, pero fueron muy difíciles. Filmé con Campanella y Trapero, justo antes de este bicho que nos humilló tanto”, señaló, al recordar El cuento de las comadrejas y La quietud.
“Las decisiones nunca son muy firmes, pero creo que me va a costar mucho. Tuve películas donde hice muchos personajes diferentes, mucha cosa linda, premiada adentro y afuera, pero cuando uno tiene una carrera tan especial se hace muy complicado elegir otra vez”, siguió.
A la vez, Gra explicó que recientemente fue convocada por la directora Ana Katz para hacer un pequeño personaje en una serie con Carla Peterson, una experiencia que disfrutó mucho: “Me divertí y lo pasé bien, pero fueron solo unos días”.
¿Por qué la Borges no quiere volver a rodar un largometraje? “Sufro de burnout, como Sandra Bullock y Brad Pitt. Que significa algo así como ‘estar quemado’, a muchos nos pasa esto. Tener que filmar y pensar ‘otra vez de noche’, ‘otra vez 17 horas de filmación’, ‘otra vez repetir letra’”, explicó.
“Las películas ya las dejé, me cansé mucho las últimas dos que hice. Las amé, pero fueron muy difíciles".
Y la actriz de La ciénaga cerró: “Los directores no usan el viejo y querido fílmico; con todo esto de ahora, pueden innovar y hacer lo que les da la gana simplemente porque no les cuesta”.