Todo el mundo aguardó con ansías la promocionada entrevista, esa pieza que se encargaron de vender como “la nota del año”. La charla de Susana Giménez con Wanda Nara finalmente se exhibió al aire y lejos de satisfacer las expectativas plantó más dudas que certezas.
El clamor popular se enrola en un sabor amargo del diálogo, porque se suponía que en ese contexto la blonda descubriría más detalles del engaño del año, de la infidelidad más mediatizada de los últimos años, esa que cometió el delantero con la China Suárez.
En ese contexto, Marina Calabró realizó un análisis filoso de la entrevista y lanzó una concepción muy picante en su columna en el programa de radio de Jorge Lanata. La comunicadora apretó a fondo el acelerador y exteriorizó un juicio mordaz.
La periodista abrió su segmento este miércoles con munición pesada al considerar que se trató de un fraude para los espectadores y exclamó: “Decían que era la entrevista del año. ¡Qué estafa! Estaba ahí con los pochoclos, esperando con ansía. Contame algo que no sepa. Muy poco nos dieron”.
Además Calabró focalizó en la puesta en escena, el modo en que Telefe decidió montar la escenografía y tiró otra lectura peculiar: “Entiendo que estamos de Paris, pero la imagen era muy fea, estaban en penumbras, la cara de Susana estaba difuminada y el pelo estaba entre amarillo huevo y verdoso y no porque lo tenga así, estaba raro”.
En cuanto al contenido del discurso de Nara, que se empeñó en evitar profundizar en los pormenores más escabrosos del engaño, Marina soltó: “La de Wanda fue una actitud de una mujer como superada como si esto hubiese pasado hace veinte años atrás. Me parece que ella sabe que hubo consumación del hecho entre la China y Mauro. Ella está arrepentida de haber expuesto esta historia”.