Fernanda Iglesias es una mujer de armas tomar. Una periodista aguerrida y confrontativa que jamás tuvo miedo a polemizar o rubores para dar una información por más picante que fuera. Y que, sobre todo, siempre se bancó el vuelto o la devolución a sus comentarios. Era frecuente verla directa, verborrágica, enojada o divertida, pero casi nunca emocionada, débil o sensible a las críticas ajenas. Por eso llamó la atención que primero se enojara (con Nancy Pazos y con Analía Franchín) y luego quebrara en llanto cuando contó que volvió de España "por un motivo muy grave" y no porque "haya fracasado en el intento por conseguir trabajo como dijeron ellas". ¿Por qué volvió mucho antes de tiempo?
Para armar el rompecabezas de esta historia hay que acomodar, primero, algunas piezas sueltas. Hace unos meses, no muchos, Iglesias era panelista de LAM y sorprendió al avisar que se iba a España para cumplir uno de los objetivos de su vida. "Siempre tuve la idea de ir a vivir afuera. Y como ya tengo 50, si no lo hago ahora... ¿Cuándo? Me voy con mi hija, y mi marido se queda, cuando esté asentada allá él se va a venir y vamos a quedarnos", dijo en ese momento para dejar perpleja al medio millón de personas que ven el programa de Angel de Brito todas las noches.
Efectivamente, Iglesias se subió al avión y aterrizó en Málaga, una bella ciudad de la Madre Patria muy recomendada para "iniciar la aventura de vivir en el exterior". Buen clima, lindos paisajes, gente agradable, cálida y acogedora y muchas oportunidades para conseguir un laburo. Eso era lo que decía internet, pero la realidad fue algo diferente: cuando llegó, Iglesias comprobó que todo era cierto menos lo de enganchar un buen trabajo en un abrir y cerrar de ojos. Las oportunidades estaban, pero no eran "guauuu". Era lo que había, como en Buenos Aires, Mardel, Carlos Paz o cualquier ciudad de la Argentina.
Igual, ella no se rindió fácil. Buscó, intentó, preguntó, averiguó, golpeó puertas, tiró curriculum y trató de hacer contactos que le permitieran instalarse en un medio. Le costó horrores. Agarró la prensa de "un club de fútbol" pero tampoco era la gran cosa. También hizo algo para una inmobiliaria. Incluso salió un par de veces en diferentes programas de televisión argentina para hablar de cuestiones que sucedían allá y pareció que podía convertirse en corresponsal de medios argentinos. Tampoco.
QUE FUE "TAN GRAVE" QUE FERNANDA IGLESIAS DECIDIO VOLVER DE ESPAÑA A LA ARGENTINA INTEMPESTIVAMENTE
De buenas a primeras, Iglesias decidió volver. En menos de seis meses, la "aventura" y el "deseo de concretar uno de los objetivos de mi vida" se terminaron de un momento a otro. Lo primero que se dijo, claro, fue que le había ido peor de lo que esperaba y que no la estaba pasando bien en el aspecto económico. Ella se mantuvo en silencio hasta que Analía Franachín y Nancy Pazos se burlaron de su regreso y la trataron de "fracasada". Se ve que eso le movió algo en su interior y la hizo reaccionar.
Sentada en los mismos sillones de LAM donde anunció que dejaba todo para radicarse en el viejo continente, Iglesias enfrentó la situación con tono quebradizo y lento, entrecortado, lleno de tropiezos y sin ningún ritmo. Como pudo. "Me enoja mucho porque hablan sin saber, sin conocer las cosas que pasaron y sin preguntarme a mi. Está mal eso porque hace daño y no saben lo que me puede estar pasando. El motivo por el que volví de España es grave. Es muy grave, y ellas no lo saben pero igual hablan. Es un motivo muy grave que me parece que jamás voy a contar. Yo no me volví porque fracasé o porque me fue mal, me volví porque pasó algo muy grave, por un tema muy serio", remarcó una y otra vez mientras no podía seguir hablando, invadida por la emoción.