Para comprender la dimensión que tiene en el mundo de la pastelería Damián Betular, el jurado de Masterchef Celebrity que se para entre medio del simpático Donato De Santis y el estricto Germán Martitegui, seguramente el menos conocido y el más equilibrado de los tres, alcanza con citar un solo dato: de sus trabajos pueden dar referencias y conclusiones los paladares de Mick Jagger, Scarlett Johanson, Wills Smith, Barack y Michelle Obama y Donald y Melania Trump. Todos ellos -y muchísimos más, claro- se alojaron en el Palacio Duahu del Park Hyatt Hotel, donde las manos mágicas de Betular manejan toda la cocina. "El mejor del país", lo definen sus colegas.
Todos los que viajan de Buenos Aires a la costa conocen Dolores. Es la mitad del camino y está ubicado a la vera de la ruta 2. Los que van a Mar del Plata siguen por la carretera que ahora es de doble mano. Los que van al Partido de la Costa agarran para la ruta 11. Los que tienen como destino Pinamar o Villa Gesell pueden tomar cualuquiera de los dos. Se lo conoce como "El primer pueblo patrio", dicen que en sus parrillas ruteras se comen los mejores asados del país -o por lo menos de la provincia de Buenos Aires- y sus habitantes han empezado a lucir, con orgullo, otra cocarda: se les infla el pecho cuando cuentan que en esas tierras agrícolo-ganaderas nació el mejor pastelero de la Argentina.
De allí es Damián y en los espacios verdes de su casa empezó a escuchar de postres, tortas, dulces y recetas. Su mamá horneaba todas las mañanas, y a la tarde le pedía que anotara los ingredientes que daban en Utilísima Televisión. No había "grabadora" como ahora y si se pasaba un dato, alpiste... Había que meter pata. De alguna manera, ahí aprendió que con las comidas hay que ser veloz y preciso, algo que pide como jurado del concurso.
De pibe, Damián dijo que quería ser ingeniero. Entonces lo anotaron en un colegio industrial. Las excelentes notas que lograba parecían darle la razón. Incluso, se recibió en 5 años en vez de hacerlo en 6. Era un alumno prodigio. Tampoco sorprendió que un día dijera "me voy a Buenos Aires, pero a estudiar gastronomía": tenía buena mano, ya lo había demostrado con creces.
Se anotó en el IGA, Instituto Gastronómico Argentino, y no tardó en llamar la atención de los propios profesores. Al poco tiempo ya estaba trabajando en el restaurante Sucre como cocinero. Un día, se cruzó con Pamela Villar, con quien mucho después sería compañero en Bake Off. "Vos sos pastelero, tenés que venir conmigo" le dijo. Tenía el ojo entrenado y no falló.
Fueron una dupla altamente explosiva, pero a Damián todo le quedaba chico. Viajó por algunos lugares para adquirir nuevos conocimientos (estuvo en Londres, Nueva York, Japón, México, Estados Unidos, Colombia, Brasil, Chile) y en el Palacio Duahu, el hotel más exclusivo de todos los que hay en Buenos Aires, la rompió definitivamente para consagrarse como el mejor de todos. El hotel tiene 3 restaurantes, un servicio a la habitación y ofrece "el más exquisito de todos los desayunos que se sirven en la ciudad". La pandemia los puso en problemas, pero la cadena internacional, por ahora, resiste.
Su primer contacto con los medios no lo tuvo en la tele, sino en la radio: fue columnista culinario de un programa de radio. Fue jurado de Masterchef y después de Bake Off. "Ese tipo de programas me encanta. Me encanta para verlo y también para trabajar en él" contó.
Betular tiene 37 años y está soltero. "Me gustaría encontrar pareja, quisiera enamorarme, pero solo no estoy mal", confesó en una reciente entrevista. Su postre preferido es la ensalada de frutas. Sencillo y sin grandes pretensiones, no como Obama, Trump, sus esposas, Jagger, Scralett y Will Smith. Todos ellos probaron, y disfrutaron, sus mejores creaciones.
¡¡Qué ganas de comer esos manjares!!