Córdoba, Rafaela, La Plata y Buenos Aires son, como en una brújula, los 4 puntos cardinales que definen la vida de Federico Seeber. Nacido en la Docta, pasó gran parte de su infancia y su adolescencia en Rafaela, estudió entre diagonales y simpatizantes de Estudiantes y de Gimnasia, y se consagró profesionalmente en la gran Ciudad. La semana pasada, cuando lo vincularon afectivamente con Carina Zampini, su popularidad conoció un quinto destino: se elevó tan tan tan alto que tocó el cielo y allí se mantiene desde entonces.
En un principio, Seeber calificó como "fake news" a uno de los picantes escandalones de Rodrigo Lussich en Intrusos, que informó que entre él y la conductora de El Gran Premio de la cocina había nacido un volcánico romance. Se lo desmintió a Angel de Brito, que lo consultó y le pidió permiso para publicarlo. Zampini, por su parte, termina de confirmar que tiene coronavirus y estará aislada al menos por los próximos 15 días.
Pero al mismo tiempo que daba por tierra con el rumor lanzado en el programa de Jorge Rial, Angelito confirmo la teoría de Lussich acerca de que Seeber es uno de los principales "galanes ocultos" de la tele. En ese sentido, tanto De Brito como el uruguayo coincidieron en señalarlo como un hombre muy pretendido en los lugares donde trabaja.
Incluso, De Brito fue un poco más allá y en su programa de radio El Espectador dijo que "yo trabajo en el canal, en el 13, y hay que reconocer que Federico tiene algo y que todos mueren por él. Y cuando digo todos es todos. Es todas, es todas y es todes. Por donde pasa deja su estela. Y las que están atrás son famosas y famosos eh, nombres importantes".
Semejante "presentación" despertó curiosidad en propios y extraños. ¿Quién es Seeber? ¿Qué hizo de su vida antes de esta explosión mediática? ¿De dónde es? ¿A qué dedica el tiempo libre? Lo primero que queda claro es que disfruta, o goza, de una fama tardía: como nació el 26 de abril de 1973, es taurino y tiene 47 años. Una edad en la que la madurez ya le está ganando a la juventud y le permitirá, seguramente, transitar de manera sobria este roce con la popularidad.
Seeber nació en Córdoba, una provincia a la que vuelve cada vez que tiene la oportunidad. Allí encuentra raíces, historia, pasado, recuerdos, vivencias y el verde del campo que tanto disfruta y que tanto añora. Le gustan los caballos, las aventuras, las huertas y los frutos de estación. Aprendió a querer todo de eso de chico y nunca pudo desprenderse de esas preferencias.
A Rafaela, en Santa Fe, se la conoce de tres maneras: se dice que es "La perla del oeste", se la considera la cuenca lechera más importante del país y se la llama "Capital de la velocidad". Allí, entre gringos que trabajan la tierra, tambos que dan leche, derivados y laburo, y pilotos y fanáticos de los fierros que llegan para para correr o visitar el óvalo más rápido de la Argentina pasó el final de la infancia y los años de la adolescencia. Campo, campo y más campo.
El cemento, los edificios altos y las multitudes las conoció más de grande, cuando para estudiar periodismo se inscribió en la Universidad de La Plata. Cuando le dieron el título de Licenciado que alcanzó con muy buenas notas, ya había hecho sus primeros palotes profesionales en algunos medios gráficos de la ciudad. El popular Diario Hoy lo vio crecer desde el puesto más bajo hasta uno de los más altos.
A Fede le encanta escribir. Por eso apuntó el inicio de su carrera para ese lado. Los diarios Perfil y Crítica y las revistas Semana, Veintitrés, Maxim y Cosmopolitan conocieron de su pluma. Hasta que pegó el salto que muchos periodistas gráficos no terminan de dar y llegó a la tele. Cuando descubrió ese mondo, y el de la radio, las teclas quedaron guardadas para siempre.
Paparazzi intento contar con su versión, pero en vez de definiciones recibimos una negativa ("No tengo tiempo, estoy apurado" dijo) y un saludo de despedida efectuado con la mano. El encuentro se dio en la puerta de Canal 13 y de TN -desde que entró a las empresas del grupo Clarín trabaja para ellas- donde alguna vez conoció a Noe Antonelli, quien sería su mujer por 10 años y la madre de su única hija, Juana Seeber Antonelli. Viajaron juntos por el mundo y acuñaron y construyeron sueños. Al cabo de una década, en 2019 anunciaron su separación.
Cuentan que en algunas oficinas, pasillos, pisos, ámbitos libres y cerrados y espacios de todo tipo del edificio la noticia se celebró tanto como un aumento del sueldo o el anuncio de que está depositado el aguinaldo. Fede, un apasionado del tenis por sobre el resto de los deportes, ya había roto unos cuantos corazones tras una década de decir "ahora no, estoy casado". Su fama y su misterio se fueron agigantando siempre de las paredes para adentro. Hasta la semana pasada, cuando Lussich abrió la puerta y muchas y muchos tuvieron ganas de saber quién es ese muchacho. Acá tuvieron la respuesta.
IMAGENES: CARLOS GONZALEZ
