Gisela Dulko comienza a dar pequeños pasos después de la tormenta que vivió en los últimos 15 días. Y, poco a poco, se la empieza a ver feliz de nuevo. “A ella no le dolió la separación, le dolió la traición. De parte de él, especialmente, pero también de su amiga. Es muy feo lo que hicieron”, contó una persona que conoce a la pareja.
En modo recuperación, Gisela lleva todos los días a sus hijos al colegio y después entrena en un gym de la zona de San Isidro, donde se mudó para salir del polvorín que era Nordelta para su vida y la de sus hijos (se recuerda que allí ella pescó a su marido in fraganti con su mejor amiga).
Después de muchas charlas telefónicas, Dulko recibió la visita de una amiga que tanto esperaba, que siempre estuvo a su lado en todas las etapas de su vida. Hablamos, se sabe, de Isabel Macedo, quien pasó por su nueva casa para compartir la tarde y ponerse al día sobre el inicio del divorcio y los de las visitas a sus hijos (Mateo, Antonella y Daniele).
Las chicas se conocieron por intermedio de Fernando Gago, cuando jugó en Vélez Sarsfield. En esos días, Macedo era pareja de Federico Pocho Insúa (¡otro ex de Silvina Luna!), y de tanto verse en la cancha que sellaron una amistad que se volvió más profunda cuando ella cortó con quien fuera campeón con Independiente.
“Son tan amigos que ella ahora es la madrina de Isabelita, la hija que Macedo tiene con el político Juan Manuel Urtubey”, dijeron fuentes que las conocen. Macedo llegó desde Salta, donde vive con su pareja desde hace un tiempo. Y en las redes las dos mostraron cómo fue el encuentro. “Te amo”, subió las actriz en una serie de fotos. Y Gisela le respondió: “For ever”.
Sobre la separación de Gago, en las últimas horas, Yanina Latorre dio más precisiones: “Eran muy amigas, él ya vivía en Mar del Plata y Verónica le decía cosas como ‘tu marido es un nabo’ o ‘separate’. El, en tanto, las quería alejar y le decía que no le conviene estar cerca de gente así. Es un gato, no seas amiga de ella”.
“Entonces, ella comenzó a atar cabos y a desconfiar de los dos lados. Ya cansada un día se sientan en la cena y ella lo encara: ‘¿Vos estás encamándote con ésta?’. ‘Sí, estoy enamorado’, fue la respuesta de él, que aceptó todo. Y ella decidió cortar todo. Los otros dos ya viven juntos. Muy perverso todo”, terminó.