Y, un día, luego de años fuera de la Argentina y lejos de las pantallas, Eunice Castro volvió a la televisión, a sentarse en Intrusos donde contó los motivos que la llevaron a “borrarse” durante un tiempo de los trabajos que más la exponían.
Ella, que se hizo famosa en 2005 al enterarse por las tapas de las revistas del corazón de que Susana Giménez tenía un romance con Jorge Rama, entonces su marido, logró construir una carrera que incluyó participaciones en el Bailando por un sueño, obras de teatro y televisión.
Hasta que, en 2012, después de brillar en Shangai, la obra de José María Muscari, Eunice hizo sus valijas y se volvió a su Uruguay natal con una propuesta de trabajo muy atractiva pero, también, por un tema de salud.
“Había terminado las funciones y a la mañana siguiente me levanté con un dolor terrible en un costado, me diagnosticaron un problema en la columna”, contó en el ciclo de América sobre la razón que la llevó de vuelta al país oriental.
Pero todo empeoró tras la muerte de su mamá, cuando vino a la Argentina en 2015 y se operó la nariz por una autolesión que terminó de la peor manera. “Lo que sucedió es que se reabsorbió el cartílago y después fue mucho más complicado”, dijo.
Castro contó que muchos profesionales no querían intervenir por el riesgo que conllevaba y así pasó siete años, con el rostro cambiado e irreconocible ante el espejo. “Estuve siete años sin volver a la televisión, y estuve casi cuatro años sin trabajar”, reveló.
Finalmente, Eunice encontró una solución en el Servicio de Prótesis de la Facultad de Odontología, donde le hicieron una “sustitución” de su nariz. “Yo tengo mi nariz, nada más que esto sostiene solo la parte de la columela”, explicó, mostrando el resultado de la cirugía.
Y se sinceró: “No estaba apta para volver. No podía mostrar la cara”. Pero la amargura nunca la venció y ella siempre le dio para adelante. “Yo tenía tantas ganas de volver a trabajar que en lo único que pensaba era en soluciones”, aseguró.
Así, de a poco, en 2018 la artista empezó a trabajar en teatro y en conducciones, “cosas en las que yo me sentía más segura y más tranquila. Más de lejos y más cuidada”.